Hasta el cierre de diciembre de 2023, Ecuador habrá destinado alrededor de USD 2.230 millones en subsidios a los combustibles importados.
La cifra se obtiene proyectando lo gastado hasta ahora en subsidios, de acuerdo con datos del Banco Central de Ecuador (BCE).
Se tratan de subsidios “generalizados”; es decir, benefician a todos, incluida la población de altos ingresos. Es más, mientras más carros tiene una familia, mayor es el subsidio que recibe.
No solo eso, los bajos precios de los combustibles incentivan su consumo en perjuicio del ambiente.
Por eso, varios gobiernos han intentado reducir estos beneficios, aunque los intentos han terminado en paros nacionales.
El Gobierno de Daniel Noboa ha vuelto a poner el tema sobre la mesa. En entrevista con un canal televisivo, el ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, dijo que el esquema de revisión a los subsidios buscará “afectar en lo menos posible a los más necesitados”.
Aunque dijo que es una política que aún está en análisis, Vega adelantó que hay avances tecnológicos que permitirían tomar medidas de focalización de subsidios “más creativas y dirigidas para identificar a quiénes realmente lo necesitan”.
Los que no necesitamos subsidio, que no lo recibamos. Y, sobre todo, reducir el contrabando que afecta al país.
Y añadió que en las dos primeras semanas de enero espera ya “tener propuestas específicas para focalizar estos beneficios y rutas de acción claras”.
La idea, comentó Vega, será ahorrar unos USD 1.000 millones en subsidios y focalizar otros USD 1.000 millones para personas que más lo necesitan.
Diésel, el subsidio más oneroso para el Estado
La cifra por subsidios a los combustibles importados es un gasto de gran peso en el presupuesto y corresponde casi el 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Para entender la magnitud de la cifra, los USD 2.230 millones que gastaría este año el Estado en subsidios a combustibles importados en 2023 permitirían al Estado cubrir la mitad de los atrasos que tiene hoy con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), con proveedores, municipios, prefecturas y otros.
No solo eso, el Estado podría aumentar en un 62% en gasto en salud.
El mayor monto de subsidios a los combustibles importados corresponde a diésel, cuyo subsidio implicará unos USD 1.316 millones hasta diciembre de 2023.
Le sigue el subsidio a las gasolinas importadas (USD 512 millones) y el gas de uso doméstico (USD 401 millones).
Un largo diálogo, sin resultados
Tras poner fin a un paro nacional de 18 días en junio de 2022, el gobierno del entonces presidente Guillermo Lasso se sentó con la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) para llegar a un consenso sobre la focalización de los subsidios a los combustibles.
Aunque incluso se formaron mesas técnicas de trabajo, el Gobierno de Lasso terminó el 23 de noviembre de 2023 sin acuerdos sobre esta política de subsidios.
Para Oswaldo Erazo, de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del petróleo (Camddepe), se perdió una oportunidad histórica para focalizar los subsidios a los combustibles.
Erazo cree que los grandes ausentes de ese diálogo fueron los representantes de las estaciones de servicio, a quienes el Gobierno de ese entonces no invitó.
Y añadió que el método más sencillo para focalizar los subsidios es entregar una tarjeta a la que el Estado transfiera una cierta cantidad de dinero, que permita a las personas de bajos recursos acceder a cargas de combustibles en las estaciones de servicio.
Cree que se puede identificar a las personas de alto ingreso por la placa del carro, lo cual actualmente ya se hace. Ellos no accederían a las tarjetas.
Además, Erazo considera que el Estado solo debería focalizar el subsidio al diésel, para evitar efectos inflacionarios en los alimentos. Y agrega que, en cambio, los subsidios a la gasolina Extra y Ecopaís tienen que eliminarse.