Icono del sitio Dialoguemos

‘Dispara, yo ya estoy muerto’

Tiempo de lectura: 2 minutos

 

La novela “Dispara, yo ya estoy muerto” de Julia Navarro es una obra que aborda el conflicto entre judíos y árabes en Oriente Medio a lo largo del siglo XX. La autora narra la historia de dos familias, una judía y otra árabe, que se ven envueltas en los acontecimientos históricos que marcaron la región, desde el surgimiento del sionismo hasta la creación del Estado de Israel y las posteriores guerras. La novela combina la ficción con la realidad, y presenta personajes reales como David Ben Gurión, Golda Meir o Yasir Arafat.  Plantea una reflexión sobre la violencia, el fanatismo, la tolerancia y la búsqueda de la paz que pueden sernos útiles.

Muestra los conflictos y las pasiones que se esconden detrás de los dogmatismos. Los dogmatismos son creencias o doctrinas que se asumen como verdades absolutas e indiscutibles, y que pueden generar divisiones y violencia entre las personas. Muchas veces, los dogmatismos ocultan intereses particulares de grupos políticos o económicos que manipulan a la opinión pública y se aprovechan del fanatismo y sufrimiento ajeno.

Es un caso trágico el de los judíos y los árabes que pelean por Palestina. Esta disputa histórica ha causado miles de muertes, heridos, desplazados, y la destrucción de infraestructuras y servicios básicos que retrasan la prosperidad. Lo más lamentable es que, en muchos casos, las familias de ambas religiones han convivido pacíficamente por varias generaciones, compartiendo costumbres, idiomas y culturas.

El asesinato es la censura última, la negación del otro y de su derecho a existir.  Julia Navarro nos invita a reflexionar sobre la importancia de respetar las diferencias y buscar los puntos en común que nos unen como seres humanos. Solo así podremos construir una sociedad más justa, democrática y solidaria, donde todos y todas podamos vivir en paz y armonía. Para ello, nos ofrece una cita de su novela que resume el mensaje de esta: «Dispara, yo ya estoy muerto, porque si me matas no habrás acabado conmigo sino contigo mismo».

Texto original publicado en Expreso

 

Salir de la versión móvil