Daniel Noboa venció al correísmo en las urnas con el 52% de los votos y se convirtió en el presidente más joven de la historia de Ecuador. Expertos aseguran que factores como el voto joven y la no confrontación en la campaña electoral fueron determinantes para su triunfo.
Álvaro Marchante, representante de la firma Comunicaliza, considera que los electores se declinaron por una opción nueva, que no caiga en la confrontación entre candidatos, como sí lo hizo Jan Topic, en la primer vuelta electoral.
Por su parte el politólogo Santiago Cahuasquí señala que los resultados electorales son una expresión sintomática de que el Ecuador asiste a un nuevo momento político.
Para Ana Changuín, analista política, la victoria de Noboa es una muestra de que la ciudadanía se decantó por una opción que genere ilusión política, sueños y grandes expectativas. Según dice, el nuevo presidente tiene varios desafíos que cumplir.
Otro de los factores en el clima social fue el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Cahuasquí menciona que “la búsqueda de lo nuevo” sería para salir de un “estado de impotencia y miedo” que dejó ese acontecimiento en la primera vuelta.
Marchante precisa que el grueso de la población, entre el 35 y el 40%, no se declaró como correísta o anticorreísmo, es decir, buscaron una nueva opción. Al respecto, Changuín cree que esto no significa una disolución del correísmo en el país.
En tanto Henry Cucalón, ministro de Gobierno, considera que el nuevo Gobierno necesitará madurez política y una oposición propositiva y de ideas.
Changuín menciona que una vez que Noboa se posesione, deberá definir una línea de proyectos que priorice los temas que se pueden atender de forma inmediata y cuáles se pueden mantener. Todo eso en un año y medio que durará el mandato.