Conocer sobre la desviación de poder es vital, porque tiene que ver con la eficacia del Derecho, la paz y el bienestar de la sociedad; atañe a quienes creemos que la convivencia social ha de darse bajo convenciones formales aceptadas ampliamente, comprende a ciudadanos y autoridades; hablo de reglas generales sobre conductas y maneras de proceder de la autoridad a través de competencias para servir. A la sazón, recién se presentó el libro del jurista y académico Alvaro Mejía Salazar: La desviación de poder. El caso de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, 2016-2017, publicado por esta misma institución.
Es un estudio teórico y práctico que explica lo que significa vivir en un Estado -Constitucional- de Derecho, y evitar actuaciones ilegales basadas en intereses ilegítimos. La obra tiene que ver con Política, pero con la que hacen ciertos sujetos para su conveniencia o de grupos de interés; con las formas de ejercer autoridad; analiza un tiempo oprobioso reciente, cuando el gobierno de turno quiso imponer a toda costa su “proyecto político”; es un escrito crítico y sesudo que debate sobre la necesidad de garantizar la tutela de los derechos y de obrar legítimamente, sin vicios de legalidad. Contiene también un testimonio equilibrado de la más reciente y potente lucha de resistencia por la autonomía universitaria en América Latina, gracias a la defensa firme hecha por estudiantes, funcionarios y docentes de una universidad de posgrado.
Los vicios del actuar gubernativo detonan un juego irracional capaz de amedrentar, acallar y hasta destruir a ciudadanos e instituciones serias. El riesgo de ignorar esta temática radica en que se generarían condiciones para aupar la indefensión de las personas y la impunidad de los abusadores. Por lo dicho, siempre será provechoso conocer sobre la desviación de poder, y qué mejor a través de esta valiosa contribución científica con méritos para ser apreciada en múltiples dimensiones.
Texto publicado en El Telégrafo