En un mundo globalizado y competitivo, la libertad económica se ha convertido en un factor determinante para el desarrollo y la prosperidad de las naciones. El caso de Venezuela y Ecuador ofrece oportunidad para el análisis.
La libertad económica va más allá de la simple ausencia de intervención estatal en la economía. Se trata de un conjunto de condiciones que permiten a los individuos tomar decisiones libres en el ámbito económico, como el derecho a propiedad, la libertad de comercio y la estabilidad monetaria.
En el caso de Ecuador, se ha observado un avance notable en términos de libertad económica en los últimos años. Según el índice de libertad humana del Instituto Cato, Ecuador ha experimentado una escalada en su posición, lo que se ha traducido en mayores libertades políticas, civiles, económicas y religiosas. Esto ha permitido un mayor desarrollo económico, con un incremento en el comercio internacional y la bancarización.
En cambio, Venezuela ha experimentado un retroceso significativo en los indicadores de libertad económica. La inflación descontrolada, el salario mínimo insuficiente y los problemas sociales han llevado al país a una profunda crisis. El índice de desarrollo humano (IDH) muestra que la calidad de vida en Venezuela ha disminuido considerablemente, con altos índices de desnutrición infantil y tasas de homicidios alarmantes.
La libertad económica es fundamental para el bienestar de los ciudadanos. No se trata solo de tener una economía próspera, sino de garantizar el acceso a oportunidades, el desarrollo personal y la mejora de la calidad de vida como una forma de eliminar las brechas sociales.
Es importante que todos los países impulsen la libertad económica como una prioridad en su agenda política y económica. Esto implica promover políticas que fomenten la apertura comercial, la protección del derecho a la propiedad, la estabilidad monetaria y la reducción de la burocracia para lograr un crecimiento sostenible. Y en esos aspectos, ambos países tenemos un largo camino por recorrer. Tal vez, uno más que otro.
Texto original publicado en Expreso