En medio del contexto político actual, es imperativo que los ciudadanos ecuatorianos, incluyendo a los jóvenes, reconozcan la trascendencia del voto como instrumento de participación ciudadana. Aunque se cree que los jóvenes desestiman la política, en realidad, les importa profundamente. No es que no les interese la política en sí, sino que pueden rechazar prácticas políticas cuestionables. La toma de conciencia sobre el voto es crucial; esto involucra la selección cuidadosa de candidatos, la exploración de sus propuestas y un compromiso activo en el proceso electoral. La responsabilidad de informarse recae en cada individuo y en la sociedad en general, con los medios desempeñando un papel esencial en proporcionar información accesible y precisa.
Para discernir en medio de la avalancha de información en las redes sociales, la preparación es fundamental; la información y el criterio guían hacia una elección consciente en función de las necesidades y prioridades del país. La sociedad debe resistir las influencias superficiales y enfocarse en contenidos sólidos y relevantes.
En otras palabras, es crucial no dejarse influenciar por la atracción superficial del contenido, sino más bien, por aquello que aborde cuestiones fundamentales y profundas, en sintonía con mis valores y las necesidades del país, que van más allá de la seguridad e involucran aspectos como salud y alimentación. En este contexto, evalúo el contenido que encuentro en las redes sociales a la luz de lo que verdaderamente requiero para el país: seguridad, salud, alimentación y otros aspectos esenciales. Asimismo, reconozco que, aunque las redes sociales, incluido TikTok, puedan transmitir mensajes atractivos, estas plataformas no siempre garantizan la veracidad de la información. El contenido en TikTok puede ser llamativo o no, pero lo fundamental radica en su validez y coherencia con mis expectativas y aspiraciones para el país.
Dado el peso del voto joven en las elecciones, su participación debe ser informada y reflexiva. En elecciones atípicas, donde el tiempo es limitado, la sociedad, los partidos políticos, la academia y los medios deben colaborar de manera armoniosa para educar y guiar a los ciudadanos en un proceso electoral fundamentado y consciente de sus implicaciones.
Con un tercio de la población compuesta por jóvenes, su voto puede determinar al próximo presidente. Ante varios candidatos y una gama de opciones, se debe evitar la dispersión del voto; se requieren cambios profundos en la estrategia política y en la formación de candidatos. A pesar de la posible apatía electoral que puede surgir debido a la sensación de que el sistema político no está funcionando adecuadamente, esta misma apatía señala problemas en el sistema político y es un llamado para que los partidos políticos corrijan, mejoren y presenten candidatos adecuados y bien preparados.
En este sentido, es importante que los partidos políticos se autoexaminen y evalúen tanto sus candidatos como sus propias estructuras. La lectura de los votos es una herramienta poderosa y fresca para guiar a los partidos en futuras decisiones. Las elecciones atípicas, que surgen debido a la inestabilidad, demandan una respuesta reflexiva y propositiva de todos los actores involucrados.
La Academia desempeña un rol crucial en esta coyuntura al aportar investigación y datos para decisiones informadas. Su compromiso con la formación de jóvenes y la generación de conocimiento influye directamente en la orientación de la sociedad hacia un camino más informado y equilibrado. Cada grupo, incluyendo los medios de comunicación, tiene un papel que cumplir. La Academia forma a los jóvenes, entrega información valiosa a la sociedad y aporta datos para decisiones acertadas. Los medios informan con objetividad y responsabilidad, contribuyendo a una ciudadanía mejor informada.
En resumen, todos deben contribuir a la construcción de un país más seguro, justo y estable. La sociedad, los partidos políticos, los jóvenes, la Academia y los medios deben trabajar juntos para fomentar una participación ciudadana consciente y un proceso electoral informado. Empoderar a los jóvenes como agentes de cambio es esencial para forjar un Ecuador más resiliente y prometedor en medio de los desafíos políticos actuales.