La grave situación vivida en el país en octubre 2019 y nuevamente en junio 2022 deja en evidencia la diversidad de necesidades que tienen los diferentes sectores del país. La heterogeneidad de opiniones y exigencias fue clara, lo que abre una oportunidad para discutir si la estructura de organización territorial del poder vigente en Ecuador es la más adecuada, y con ello que se empiece a hablar acerca del federalismo.
Debo admitir que en un inicio me pareció una idea lejana y prácticamente imposible de aplicar en Ecuador. Pensé “somos un país muy pequeño”. Sin embargo, al estudiar más sobre los beneficios y el éxito que han tenido países como Alemania, Bélgica, Suiza, Estados Unidos, o Brasil bajo cada una de sus estructuras federales, entendí que debía darle una oportunidad a la idea.
A continuación algunas de las ideas que quisiera plantear para aportar al debate que como sociedad deberíamos iniciar: El federalismo es unidad en diversidad. Bajo este modelo, el Estado Federal o Unión Confederada está compuesta por la unión y coordinación de los estados federados. Una Región o Estado Federada está compuesto de diferentes territorios, ciudades, y cantones. Es decir, los Estados Federados siguen siendo parte de un mismo país y trabajan en conjunto con el Estado Federal o Unión Confederada para alcanzar metas nacionales.
Cada Estado Federado se conforma de la unión de diversos cantones, o incluso provincias de acuerdo a los intereses, necesidades y medios de producción de cada área, provincia, o región, lo que permite que las políticas públicas y decisiones en cada estado varíen de acuerdo a las necesidades, intereses y preferencias de su población, sin dejar de trabajar por las metas de la nación. Ecuador es un país pequeño, sí. Sin embargo, es también un país muy diverso culturalmente y con inmensidad de recursos. Por ello el trabajo de tomar decisiones que beneficien y solucionen problemas de todos los sectores de manera uniforme se hace casi imposible. En el caso de un país como el Ecuador, en virtud de su diversidad, varias provincias se podrían unir para instaurar un sistema federalista, ayudando a mejorar los procesos de toma de decisiones, cuya calidad puede aportar en la reducción de inequidades en la aplicación de políticas públicas.
Revisemos un ejemplo sencillo: En un vecindario viven 3 tipos de personas que usan sus jardines para diferentes propósitos. Plantación de flores, plantación de comida y a quienes les gusta tener un laguito. Cada vecino cuidaba su jardín hasta que decidieron que el administrador del vecindario sería el encargado de proveer el servicio de jardinería, es decir, establecieron un sistema centralizado y unitario.
El administrador empezó a establecer reglas según lo que consideraba más conveniente para todos. Cómo plantar las flores, cuando cosechar, cómo limpiar el agua de las lagunas. Cada regulación afectaba la forma en que las personas trabajaban en sus terrenos. Los costos de jardinería subieron ya que se necesitaban más jardineros para aplicar las nuevas normas en todos los terrenos. Las flores fueron reemplazadas por árboles, los sembríos se murieron porque el fertilizante no era el más adecuado, y las lagunas se contaminaron porque los fertilizantes que se utilizaron para los huertos terminaron en las fuentes de agua.
Este sencillo ejemplo muestra como un solo cuerpo político, aun con las mejores intenciones, puede tomar decisiones que no son las más convenientes para aprovechar al máximo el potencial o cubrir las necesidades de cada sector, cultura, o industria. Imaginen lo que pasa en un país que al mismo tiempo tiene agricultura, ganadería, pesca, industria, minas, petróleo, gas, turismo, y tantas otras actividades que requieren su propio ecosistema para aprovechar su potencial al máximo. Es difícil encontrar decisiones más convenientes que aquellas tomadas por las personas que se encuentran cerca de donde los efectos de dichas decisiones se sienten. En nuestro sistema actual contamos con ministros por áreas, sin embargo, al estar centralizados en la capital, no siempre conocen de primera mano o pueden adaptar sus decisiones y políticas a las necesidades específicas de cada zona.
El federalismo acerca el poder al pueblo. Al dar la potestad a las Regiones o Estados Federados de crear regulaciones que apliquen directamente a su territorio y población, genera mayor responsabilidad y respuesta por parte de los gobiernos federados, quienes estarán mucho más cerca a las personas y sus partidos políticos. Se torna más sencillo para los ciudadanos participar de la toma de decisiones, plantear cambios y exigir respuestas al gobierno del Estado Federado, sin necesidad de crear un paro nacional o marchar hasta una capital centralizada. Además, existirá mayor claridad y control en el manejo de recursos y planificación puesto que hablaríamos de presupuestos más enfocados y cercanos a la población que deben beneficiar.
Por último, el federalismo no es egoísmo. Debemos entender que no existe una sola receta de federalismo. Hay tantos modelos federales, como países que aplican el concepto. El federalismo no es una receta única, ni es egoísta. Es sencillamente una forma de acercar el poder de decisión a los grupos humanos que se ven directamente afectados por dichas decisiones y, que por lo tanto, pueden tomar la mejor decisión de acuerdo a sus necesidades y visión. Alemania, por ejemplo, tiene un Estado Federal solidario, en el que parte de lo recaudado por los Estados Federados que más generan, per cápita, es entregado a un fondo solidario de compensación nacional, desde el que se entregan recursos para apoyar a los Estados Federados que no generan suficiente capital, para garantizar los derechos fundamentales de sus habitantes, aportando a la equidad entre los ecuatorianos.
Es decir, bajo el federalismo los Estados Federados siguen siendo una sola nación, donde sus habitantes son orgullosos de ser parte de ella y trabajan por metas conjuntas, mientras respetan la libertad y autonomía de cada grupo de tomar las decisiones que más les convengan en base a su experiencia, especialidad y necesidades.
Sin duda es una idea que se debe debatir en Ecuador, los invito a seguir aprendiendo del tema antes de decir “no se puede”. Muchas veces lo desconocido asusta, así que lo que corresponde es aprender para decidir informados.