Mucho se habla sobre los beneficios para la salud por llevar una dieta mediterránea por lo que diversos estudios se han centrado en esta forma de alimentación.
Siguiendo esa línea, una investigación publicada en la revista BMC Medicine, liderado por Cristina Andrés-Lacueva, catedrática de la Universidad de Barcelona (UB), en España, y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación del mismo centro universitario; y con el aporte del Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad de España y Envejecimiento Saludable (Ciberfes) y el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, concluyó que la dieta mediterránea se asocia inversamente con todas las causas de mortalidad y que cuanto mayor es la adherencia a esta dieta, menor es la mortalidad en adultos de más de 65 años, informó la agencia EFE.
Los investigadores realizaron el seguimiento de 642 personas de más de 65 años en la Toscana (Italia) durante dos décadas para lograr confirmar los beneficios de la dieta mediterránea en la reducción del riesgo de muerte en personas de la tercera edad.
La nutricionista uruguaya Lorena Balerio explicó a El País que la dieta mediterránea hace referencia a los productos propios de la zona del Mar Mediterráneo.
“Se priorizan los aceites de oliva y otros derivados de las aceitunas, las carnes blancas, especialmente los pescados grasos y es una dieta rica en frutas y verduras. Aporta al cuerpo grasas de buena calidad que terminan siendo protectoras del sistema cardiovascular”, remarcó.
Y agregó: “No es una dieta que se aboca a bajar de peso, sino a llevar un estilo de vida. Implica una alimentación con menos carnes rojas y procesados, que favorece todo lo que proviene de la tierra”.
El estudio
Para la investigación se midieron los biomarcadores dietéticos en plasma y orina de hombres (44%) y mujeres (56%) para obtener sus datos de alimentación.
EFE consigna que Cristina Andrés-Lacueva señaló que se desarrolló “un índice de biomarcadores dietéticos basado en grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea, a partir del cual se evalúa su asociación con la mortalidad”.
Para el estudio, se eligieron biomarcadores dietéticos determinados en orina: polifenoles totales y metabolitos de resveratrol (provenientes de la ingesta de uva) y presentes en plasma, carotenoides plasmáticos, selenio, vitamina B12, ácidos grasos y su proporción de monoinsaturados y saturados.
A través de un modelo predictivo, los investigadores pudieron hacer asociaciones con la mortalidad del índice de la dieta mediterránea (por la presencia de ciertos nutrientes característicos de la ingesta de ciertos alimentos) y las respuestas a un cuestionario de frecuencia de consumo de las diferentes comidas.
En las dos décadas que duró el estudio en la Toscana, 425 de los individuos evaluados fallecieron; de estos, 139 murieron por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer.
Tomás Meroño, investigador de Ciberfes en la UB, destacó que gracias a la investigación se comprobó que “una adherencia a la dieta mediterránea evaluada por un panel de biomarcadores dietéticos se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en las personas mayores, lo que apoya el uso de estos indicadores en evaluaciones de seguimiento prolongado para observar los beneficios para la salud asociados a la dieta mediterránea”.
Original del El pais