La economía circular, dentro del campo de la economía, va más allá de la economía verde, de la economía de los recursos naturales. Su principio es de sustentabilidad hacia el sistema productivo de donde se toman los recursos, se transforman y generan un bien que va hacia la demanda y luego eso genera desperdicios o termina su vida útil.
El objetivo de la economía circular es, por tanto, aprovechar al máximo los recursos materiales de los que disponemos alargando el ciclo de vida de los productos. Que no existan desperdicios, que se vuelva a incluir el producto o servicio en el proceso de producción o de elaboración.
¿Lineal o circular?
Hasta ahora la sociedad ha aplicado modelos de producción lineales, es decir, extrae, produce, consume y desecha. La sociedad en la que vivimos hace que el ritmo de consumo se esté acelerando, se trata de un modelo rápido pero poco sostenible para el planeta.
La economía circular establece un modelo de producción y consumo más sostenible. Este círculo de producción es utilizado por personas, empresas y tiene sus pro y sus contra. Entre los beneficios se encuentra la creación de una cultura ambiental que ahora más que moda es una necesidad de proteger al medio ambiente a la economía local, fomentar el empleo y favorecer, a veces, la independencia de ciertos recursos o ciertos procesos.
El término de economía circular no es tan nuevo. Se viene acuñando desde hace tiempo y es parte de varios procesos económicos. Hoy día, se habla mucho de reciclar, de la economía verde, no obstante la economía circular va más allá, es un proceso productivo. No solo es reciclar, también es reusar y emitir menos cantidad de desperdicios. Por lo cual, es una tendencia que se va dando. Y la economía actual tiene varios matices. Si hablamos de economía de colores se habla de los diez colores de la economía. Actualmente, se está en la economía marrón, que es una economía de explotar recursos, de generar dinero, sí, aunque de explotar recursos. Y los recursos se van comprometiendo y van existiendo complicaciones.
En Ecuador por ejemplo cuando estaba niño escuché que tenemos treinta años de petróleo. Ya ese tiempo o ya pasó o está por pasar. ¿Qué va a pasar con el país cuando ya no podamos explotar recursos? Esa es una idea de la economía circular que es sumamente importante irla desarrollando. En el futuro no va a ser tendencia, sino una obligación y una necesidad porque en el mundo loco en el que se vive los productos se desechan demasiado rápido cuando podría tener vida útil. Aunado a ello hacer uso de este concepto es ahorrar para la sociedad, también es un poco de pausa y bienestar para el medio ambiente por el ritmo de producción que se tiene. Hay normas, normativas y leyes, pero con el poco respeto que se les da, los niveles de contaminación han generado un cambio climático que es muy notorio en Ecuador y en el mundo.
Por ejemplo hoy una fábrica de productos, al momento de fabricarlo puede pensar en qué otra utilidad le va a dar para que no se convierta en desecho. Al momento de trabajar en ese proceso de creación y transformación ya tiene un nuevo producto. Entonces, se está generando más mercado y por ende más ingresos. Como contra, a veces sí, los procesos terminan siendo costosos a corto plazo, pero al tiempo son mucho más ventajosos. Otra desventaja es que, lastimosamente, las normativas, especialmente en Latinoamérica, no están bien fundamentadas, no tienen muchos incentivos para ir creando la economía circular. Sin embargo, ya se han ido dando algunas ideas y creo que a futuro debe ser obligación de los Estados promover este concepto.
Casi todos conocemos la regla de las 3R, esenciales para el desarrollo sostenible y conservar el equilibrio ambiental: reducir, reutilizar y reciclar. Es decir, lo que se obtiene de la naturaleza vuelve a ella al agotar su vida útil, de una manera cíclica y respetuosa con el entorno. Pero ¿sabías que hay otras cuatro reglas? Estas 7R son los pasos necesarios para alcanzar una economía circular:
Comenzar con rediseñar porque ya no es el diseño habitual sino un rediseño, lo cual permite reducir emisiones, desperdicios y demás, lo cual luego permite reutilizar o, incluso, reparar; esto a su vez permite renovar. Al final permite reciclar y terminamos con recuperar.
El ciclo al final es un regalo para la sociedad porque un producto que, generalmente, se termina tirando a la basura, se puede reutilizar y es ahorro de dinero. Por ejemplo yo soy amante de los gatos y en Alemania, muchas de las cajas de los productos tienen otra utilidad para estos animalitos. ¿Qué es lo que se hace aquí en Ecuador, especialmente? Pues, un producto se abre y su caja va a la basura, no sirve para nada, y se está desechando recursos y perdiendo dinero cuando se puede utilizar. Un ejemplo súper sencillo de como podemos reutilizar una caja comprar la arena y darle uso a una caja que antes sirvió para otra circunstancia.
Otra cuestión es que el ser humano está muy acostumbrado a que algo se daña y listo, se desechó, basura, cuando se podría reparar para hacerlo durar un poco más, para ver cuánto más puede durar. Y todavía no se tiene una cultura para la reutilización. Se observa en los grupos sociales de bajos recursos que a diferencia de la clase alta de países desarrollados, dicen “no, esto lo reutilizo porque sirve para el medio ambiente, porque es compromiso social”. Todo eso está faltando en Latinoamérica.
En cuanto a la práctica existen varios tips que les puedo dejar dar, desde el pensamiento, el comportamiento hasta la acción. Primero, así cueste más ver los empaques de los productos mirenlos, ya que algunos tienen un sello verde donde ya se menciona que el producto viene de materiales reciclados o de un proceso de reutilización o lo que es eco-friendly, etc. También se puede tratar de incentivar el consumo de productos usados.
En segundo lugar, cuando se daña algo, en vez de pensar en tirarlo a la basura por qué no pensar en arreglarlo para mantenerlo más tiempo. Por ejemplo, los zapatos. Lastimosamente, a quienes les gustan los zapatos cuando se dañan se van a la basura, incluso se puede dar trabajo al ir a arreglarlo. Podría verse como un zapato completamente nuevo y darle mucha más vida útil. En fin existen muchos productos que se pueden arreglar y, en vez de desecharlos se les puede buscar una utilidad.
La última, es el principio de reciclaje, de consumir menos, hay que ir reflexionando un poco en lo que se está haciendo mal. Uno se levanta, ¿y qué hace? Lavarse los dientes y dejar el grifo abierto. Al ducharse mientras se está calentando, pasan entre cinco y diez minutos. A veces se va a la tienda de la esquina y se usa el vehículo. Entonces, se genera contaminación, desperdicio, y no de manera consciente. Si simplemente se pensara en ello, en una planificación: ¿qué voy a utilizar?, ¿satisface mi necesidad, pero lo voy a utilizar menos?, ¿cómo se puede favorecer al medio ambiente? Esas son algunas ideas que en el nivel familiar, escolar, académico, se pueden ir implementando y mejorará notablemente no solo el medio ambiente, sino también la economía relacionada con el ambiente circular.
En el corto plazo lastimosamente los principios de la economía circular no cambiarán el actual modelo económico, social y medioambiental del mundo. Por ello se necesita reconocerla, ponerla en práctica e ir hacia allá. Porque países como el Ecuador, ¿qué producen? Exporta petróleo, minerales, camarones. Son todos productos sacados de los recursos que se consumen y no siempre se está invirtiendo para hacerlos sostenibles y sustentables.
Entonces, sí la sociedad debe cambiar la matriz productiva. Ya no únicamente consumir recursos, a veces ofrecer servicios, con un recurso hacerlo más eficiente y generar muchos otros productos. Se debe pensar en un mercado invaluable en la economía circular que todavía no se ha aprovechado. Hay países escandinavos, mayoritariamente, donde este concepto los gobiernos Practican. Si usted es un empresario y realiza alguna actividad relacionada con la economía circular paga menos impuestos o se le disminuyen los trámites. Segundo, si usted consume ese tipo de productos, de igual manera, puede desgravarse un costo a la renta, puede acceder a otros beneficios educativos.
Se tiene que creer en el nuevo modelo de producción, y a veces no es cuestión de invertir dinero. Económicamente, se cree en ¿cuánto dinero me va a costar? O ¿cuánto voy a invertir? ¿Cómo lo voy a planificar? Para que, incluso, con esa planificación, con los menores recursos posibles, pueda generar ingresos, ingresos donde analicemos el costo-beneficio que sí, tenga un valor, pero el provecho, especialmente ambiental, sea mucho mejor.
Y lo último, hay que reflexionar cómo se le devuelve al ambiente lo que se ha tomado de él, personas, familias, empresas, gobiernos. Aunque lastimosamente, en Latinoamérica, a veces se piensa más en los ingresos para cubrir las necesidades del momento y no en los recursos que están desapareciendo y que a lo mejor nunca más se volverán a tener. Y no hay que confundir: no se trata de la importancia de los recursos, el dinero o la salud de la población. Es valioso que consumamos recursos, pero que se puedan renovar.