Aunque suene extraño o algo repulsivo alimentarse con insectos en la actualidad es una alternativa que ayudará mitigar el cambio climático y a alimentar a muchos si se piensa en sus beneficios. Existen aproximadamente unas 2 000 especies de insectos comestibles y se sabe que 2 millones de personas los consumen por su valor nutritivo, sabor y características sensoriales. Sin embargo, en la cultura occidental el consumo de insectos no es frecuente y culturalmente se considera inapropiado.
Cuando se habla de una alimentación saludable o adecuada es importante mencionar que los preceptos del derecho humano a la alimentación y de la seguridad alimentaria; consideran que una alimentación saludable debe tener ciertas características como ser culturalmente adecuada y socialmente aceptada. Es una prioridad y, por lo tanto, en nuestra cultura no a coroto plazo no será común tener un insecto en un plato.
Aunque esta es una realidad, las personas si pueden cambiar sus hábitos alimentarios, Tailandia es un ejemplo de ello, allí los insectos se consumían principalmente en los sectores rurales, pero en los últimos tiempos el consumo ha crecido sostenidamente entre la población urbana, es decir, ha cambiado la percepción respecto a este tipo de alimento.
Actualmente, existen gran cantidad de especies de insectos comestibles, sin embargo, se debe conocer cuáles son. Algunas están plenamente identificadas como: el gusano de la harina (Tenebrio molitor) el grillo de casa (Acheta domesticus) y las larvas del gusano rey (Zophobas morio).
Existen muchos estudios científicos que describen las características nutricionales y posibles usos de insectos comestibles. El valor nutricional de los insectos no solo radica en la proteína. Haciendo una comparación, las fuentes tradicionales de proteína de origen animal como el pollo o la carne proporcionan alrededor de 18 y 20 gramos por cada 100 gramos de alimento y en el caso de los insectos dependiendo de la etapa: larva, pupa o adulto, puede aportar entre 17 a 24 gramos de proteína por cada 100 gramos.
Es importante mencionar que tienen un gran aporte de minerales como cobre, hierro, magnesio y fósforo que son nutrientes muy valorados para la alimentación de la población. También son fuente de vitaminas B2 o B5 e incluso se ha detectado que contienen ácido fólico. Los insectos son pobres en hidratos de carbono por su propia característica, la grasa está entre 6 o 12 gramos.
Otra de las cualidades es que los insectos tienen un buen perfil de aminoácidos esenciales y ácidos grasos, convirtiéndolos en una completa y excelente fuente de alimentación. Por esta razón pueden ser parte de la dieta de cualquier persona en reemplazo de otras fuentes proteicas como la carne y el pollo.
Los estudios sobre insectos se enfocan fundamentalmente aprovecharlos como una alternativa para la industria alimentaria en sustitución de las fuentes convencionales de proteína, para la elaboración de concentrados proteicos, alimentos ricos en proteínas y en otros nutrientes que serían de gran importancia para mitigar las necesidades nutricionales especialmente de poblaciones vulnerables.
España constituye un ejemplo, donde se puede encontrar varios productos como el pate de hígado, embutidos o snacks a base de insectos, estos productos contribuyen también a disminuir la presión que sobre el medio ambiente ejerce la cría de animales utilizados en la industria alimentaria. Por ello, emplear industrialmente y consumir insectos tiene sus beneficios.
Se requiere menor uso de tierra y recursos para su crianza
Existe una alta tasa de rendimiento porque la eficiencia en la conversión de los alimentos que consumen los insectos versus la cantidad de proteínas que generan es alta, lo que hace que se requiera muy poco alimento en comparación contras especies.
Además, no se debe emplear tierra para cultivar alimentos y administrar a los insectos, sino que ellos van a utilizar los residuos de la agricultura. Criar insectos evita la desforestación, y la emisión de gases de efecto invernadero. Mientras que, para alimentar a otras especies animales, se necesita destinar grandes extensiones de tierra, agua y otros recursos.
Asimismo, la presión de la industria de alimentos influye notablemente en la emisión de gases de efecto invernadero y la crianza de animales en la emisión de gas metano. Todo esto se puede disminuir sustancialmente con el remplazo de la carne y especies de animales que habitualmente consumimos por la proteína de los insectos.
Alimentarse con insectos es una cuestión cultural. Sin embargo, hay que mirar más allá, buscar alternativas de alimentación más sostenibles y responsables. Es necesario hacer conciencia del beneficio cuando esto se logre y la población se sensibilice sobre el impacto que genera en el ambiente nuestra forma de alimentación y, por lo ende, en nuestro bienestar. Cuando se razone, se va a mirar la posibilidad de consumir fuentes alternativas de nutrientes y se cambiará el paradigma de lo que se puede comer o no.
La pandemia nos hizo reflexionar. Mostró qué tan vulnerables somos y los responsables y solidarios que debemos ser con el ambiente, para garantizar nuestra existencia y alimentación. Por ello, mantenemos la esperanza que las personas hagan consciencia creando hábitos alimentarios responsables y el uso de insectos, algas marinas o sub productos sean alternativas a considerar por parte de la industria alimentaria y aprovechar su potencial en beneficio de todos.
En el mundo existe una realidad y es el hambre y la malnutrición generadas por muchas causas como la desigualdad, conflictos, migración; esto obliga a pensar y actuar de manera urgente para satisfacer la necesidad de alimentos sanos, sostenibles y nutritivos; por ello es vital tomar en cuenta que los insectos son alimentos proveen los nutrientes necesarios y que ayudarían a mitigar los problemas mencionados. Los datos de trabajo según los organismos como la Organización de Naciones Unidas(ONU), demuestran un amplio nivel de pobreza. Este es un indicador para entender que se requieren fuentes alimentarias económicas, de buena calidad y con menos impacto en el ambiente, y los insectos son una opción ideal.