La pandemia causó una crisis mundial y el empleo ha sufrido una fuerte contracción. Durante este periodo fueron muchas las empresas que cerraron por ventas bajas, reducción de producción, limitaciones para exportar, reducción de horas de trabajo e inversiones. Obviamente, la COVID-19 dejó estragos en distintos sectores y todo esto se vio reflejado en el mercado de trabajo.
En Ecuador existen 8,4 millones de personas que forman parte de la población económicamente activa y hasta octubre de 2021, un 4,6% está desempleada.
La realidad es que existe una gran cantidad de personas -62,9% de la PEA- que no tienen un empleo adecuado apenas el 32% de la población cuenta con un trabajo en condiciones óptimas.
Entonces ¿qué pasa con la situación laboral del Ecuador?
La crisis económica ha sido devastadora para el país. Las micro y medianas empresas, que representan el 99,5% del tejido productivo a nivel nacional y que agrupan el 60% del empleo, intentan volver a la normalidad y recuperar los niveles de productividad. Esto ha sido un proceso que se ha dado de a poco; sin embargo, aún no se alcanza una estabilidad como la que existía antes de la pandemia.
En el caso del Ecuador todo esto se ha visto reflejado en el empleo. En diciembre de 2019 4 de 10 ecuatorianos trabajaban adecuadamente y para octubre de este 2021, solo 3 de cada 10 ecuatorianos lo han logrado, esta comparativa marca un fuerte retroceso para el país en el campo laboral.
De manera general, el empleo en el Ecuador se ha visto muy afectado y esto se debe a la recesión de las empresas. Según datos del Banco Central emitidos este 2021, los hogares comienzan a recuperarse, ya que se observa un leve incremento en el consumo. Sin embargo, aún está lejos alcanzar niveles que fomenten el empleo y la producción.
Es válido reconocer que el proceso de vacunación y otras medidas adoptadas en el gobierno del presidente Guillermo Lasso han dinamizado la economía. El PIB ha crecido en el país; sin embargo, aún falta mucho.
Otra medición dentro del ámbito laboral es el tema del número de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social que, comparado con el 2020, ha crecido desde diferentes ámbitos. Es un derecho del trabajador la afiliación. Sin embargo, en Ecuador 3,6 millones de personas lo están, otras pese a trabajar bajo dependencia no tienen una afiliación.
Se deben flexibilizar ciertas medidas para fortalecer las empresas y el empleo. La facilidad de acceso al crédito para las micro y pequeñas empresas es muy necesaria, ya que según la encuesta de coyuntura realizada por el Observatorio, el empresario o el emprendedor no tienen el camino fácil para emprender, pues el 58% de las PYME ve como regular el acceso a financiamiento. Ni el sector público ni el privado ofrece apoyo financiero, factor vital para el desarrollo de este tipo de negocios.
Hace poco entró en vigencia la Ley de Emprendimiento, la cual abre el espacio para generar nuevas formas de financiamiento para emprendedores, pero aún existen trabas. En ese punto se debe trabajar para fortalecer a este sector generador de empleo.
Si el sector productivo incrementa, por ende el empleo también. Según el Directorio de Empresas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2020 se redujo el número de las MIPYME en comparación con el 2019, pues se registró una caída de 25.986 empresas.
Por ello, es fundamental una recuperación del sector productivo para generar nuevas fuentes de trabajo, aquí la normativa debe ajustarse y tratar de apoyarse en el sector privado y a la producción; eso sí garantizando el derecho de los trabajadores.
Se debe empujar desde todos los sectores. Lo cierto es que en medio de la crisis generada por la pandemia se ven distintas perspectivas. La vacunación fue positiva porque con ello se inició la reactivación, sin embargo, es necesario dar el siguiente paso y es observar lo que hace falta, para lograr la verdadera reactivación, ajustando las normativas y reconociendo las necesidades del sector.
Casi tres millones de ecuatorianos emprendieron durante la COVID-19, por necesidad. Puede ser que este año sirva de ejemplo para impulsar nuevos emprendimientos por oportunidad. Es necesario entender las lecciones y utilizar todos los recursos que se tienen para salir adelante.