El presidente Guillermo Lasso anunció el incremento salarial para los ecuatorianos, desde el punto de vista económico es una promesa de campaña que en algún momento tenía que cumplir, pero debe considerarse que igual que en la economía doméstica haces el gasto cuando realmente puedes, y si fuera imprescindible buscas un medio de financiamiento para hacerlo.
Si se toma en cuenta el principio de que toda decisión económica es una decisión política, la economía tiene que estar por encima de ella y no sé si las empresas van a estar listas para soportar los $25 que es el incremento en el salario básico y, adicional a eso, está la Ley Tributaria aprobada, eso significa que al final del día el empresario va a tener que traducir eso en un incremento de precios.
Tal parece que el Ecuador no estaba listo para un alza de salario, el tiempo no era el más adecuado. Era preferible primero una reactivación plena, y luego un aumento del salario para hacer un incremento un poco más grande que el que se tiene previsto, porque a lo mejor se suben $25 este año y no sube nada el próximo.
El aumento del salario básico es una ilusión. Subieron $25, pero todo se elevó y no alcanza para comprar más, sino al contrario. Es decir, el alza de precios, en general en los bienes y servicios que compra una persona con su salario básico aumenta en $25, las cuentas estarán cruzadas. Lo más preocupante es que la subida de precios producto del aumento en la demanda, incremente por el lado de la oferta y no sea compensada por el alza del Salario Básico Unificado.
Los costos aumentan y eso también provoca inflación. Evidentemente, no se tiene claro el panorama económico aunque se haya aprobado la propuesta económica y todo lo demás. Es alarmante que, por un lado, se trate de aplaudir un aumento en la demanda y el consumo, pero por otro no se haya previsto la inflación.
Al parecer hay una disyuntiva en la decisión del Ejecutivo con respecto a la inflación del país. Claramente no se tomaron en cuenta las precauciones. Para comprenderlo mejor existen dos tipos de inflación, la que se aumenta por dos considerandos: el primero es que por un momento la renta, en este caso en el ingreso del trabajador, al haber mayor demanda, el productor no está dispuesto a vender a los mismos precios.
Según la ley de oferta y demanda, el precio es mayor, porque se tienen que aumentar en costos de producción. Y, por otra parte, la oferta se encarece debido a la inflación por costos.
Esta es una decisión técnica más que una decisión política por parte del Presidente. Seguramente todo va por ahí. A ello se suma la inconformidad de varios sectores con la reforma tributaria. Es como decirles: toma esto para que estés tranquilo hasta que puedan mejorar las cosas, pero el hambre y los precios son reales.
Un claro de ejemplo de ello es el alza de precios de los productos de primera necesidad en los mercados y no es por la estación navideña. Un ejemplo sencillo de la economía local: si antes se podía comprar 11 mandarinas por $1, hoy por ese mismo valor obtenemos 7. Antes eran 6 duraznos por $1, luego 5, ahora son 4.
En líneas generales la sociedad tiene un doble anhelo, como un niño cuando se para frente a un escaparate. ¿Cuál es la doble ilusión? Que este mes se recibe un décimo tercer sueldo y que el salario básico subió $25, pero no estamos pensando en qué va a suceder el próximo año. Cuando se tenga realmente que hacer lo necesario para subsistir.
Hablamos de un fenómeno extraño y especial que podría presentarse, porque si los salarios suben, a lo mejor la demanda no sube y los precios sí; y eso estancaría la inflación. Sin embargo, en cualquiera de los escenarios, la inflación va a subir el próximo año y todos los costos se van a incrementar.
Este aumento salarial toma en cuenta las exigencias de los sindicatos, aun cuando no se llegó a un acuerdo. También se habla de la negociación de la reforma laboral que de alguna manera inclina la cancha a favor de los trabajadores. Y ¿cuál es la relación con la reforma laboral?
La reforma laboral va a permitir nuevas formas de contratación. Lógicamente, eso puede abaratar el costo de la mano de obra porque, en una industria que necesite un trabajador de solo 4 horas al día, recibirá la mitad de todos los beneficios sociales. En cambio, con un trabajador que labora 8 horas, los costos se encarecen.
Dependiendo de la industria, el tipo de negocio y economía que maneje la empresa tendría una modalidad mixta, con trabajadores de tiempo completo y otros de tiempo parcial. Eso va a generar más ofertas de trabajo y no soluciona el problema.
Si el salario aumenta $425, y se trabaja media jornada, lo que se va a ganar son $212,50, para cubrir el costo de la canasta básica de $600, otra persona de esa familia debe trabajar a tiempo completo. Con el ingreso de tiempo completo y el medio tiempo se alcanzaría a cubrir ese valor. Antes se hablaba del indicador de que 1.5 personas tenían que trabajar para cubrir el costo de la canasta, por ahí va el camino de esta reforma laboral.
El Gobierno nos está dosificando la píldora. A veces cuando se tiene una enfermedad es mejor que te digan: su diagnóstico es este y tendrá que seguir estas indicaciones para prolongar su vida, a que nos digan: vamos a hacerle este examen y estar en la incertidumbre.
El Gobierno primero anunció el paquete de medidas tributarias, se analiza el tema del empleo y ahora el incremento del salario básico. Sin dejar de lado una cosa muy importante: 2022 es un año electoral en el que se medirán las fuerzas políticas.
Lo que están haciendo es para decir, ¿sabes qué? el presidente cumplió. Dijo que iba a vacunar; lo hizo, dijo que iba a subir los salarios y los subió. Esto inclina la arena política para consolidar las mayorías seccionales y que las cosas caminen mejor en términos de gobernanza.
Esperemos que estas medidas no aumenten más los precios de los productos de primera necesidad. Aunque digan que no tienen IVA, un flete más caro se traduce en mayores precios, en los mercados municipales, en el supermercado o la tienda de la esquina. A la economía siempre hay que verla en su contexto y saber cómo una decisión va a repercutir en macro.
Todo esto avizora un panorama difícil en enero. Posibles protestas a las puertas, una campaña en febrero. Hay que ver cómo los comercios logran cerrar este año y ver la demanda en turismo, restaurantes, servicios…
El aumento salarial se debió hacer en función del índice de precios. Ese salario siempre debe estar por encima de la inflación. A octubre, la inflación acumulada estaba en 1.47%, es decir, que el incremento debió ser en esa proporción; sin embargo, el aumento fue del 6.25%, por tanto, el aumento en términos porcentuales fue 4 veces más alto que la inflación a octubre de este año. Se espera que los precios no suban en el mismo porcentaje que el aumento salarial, sino la capacidad adquisitiva se vería mermada. Se insiste cuando la política está encima de la economía los resultados pueden ser nefastos, es preferible ser impopular, pero hacer bien las cosas en la parte económica.
No tomaron en cuenta la inflación y la productividad laboral al hacer el cálculo y además, ¿qué va a hacer el empresario? Si al dueño de un negocio le dan la alternativa, para contratar más barato ¿realmente esa industria puede contratar en esas condiciones? Y si no es así, ¿qué me toca? Tratar de recortar personal y, entonces, ¿qué pasa con esa gente, que sale nuevamente del mercado laboral? Ya no tiene capacidad de consumir. El efecto puede ser contraproducente. Puede haber subido el salario, sin embargo, si me despidieron ya no tengo cómo aportar a la economía.
La fórmula del Gobierno es rara. Quiere bajar el déficit fiscal y, por otro lado, aumentar la inflación. Hay algunas cosas para analizar.
Con respecto a las expectativas económicas para el próximo año, hay que esperar si la recaudación aumenta, si la burocracia disminuye, si la inversión extranjera viene en mayor proporción, si el desempleo y el déficit del Estado también bajan. Si todo eso conjuga bien se podría tener un crecimiento del 3% al 3.5% en la economía.
Como hemos visto en Estados Unidos, con ciertas administraciones, donde la parte política no era muy buena, pero cuando la economía creció y hay más empleo, la gente estaba contenta y los políticos se mantenían. Porque al final ¿qué es la política? Ponerse al servicio de los demás. Y la buena política pública y economía, te conlleva primero un crecimiento en la economía, que va de la mano con el desarrollo humano.
Cuando esas variables están bien y el desarrollo humano no es, solamente, el desempleo, sino otras cuestiones como salud o seguridad, cada pieza del rompecabezas se arma por completo. Lamentablemente, si no encaja se viene abajo todo el modelo. Si la parte economía no camina de la mano con el presidente, la parte política se pondrá color de hormiga.