Múltiples preguntas surgen cuando se escucha hablar de la importancia de la innovación para alcanzar el progreso, entendido como una construcción social, no solo en el aspecto económico, es más la palabra “ecosistema” hace referencia al espacio idóneo para que diferentes organismos interactúen entre sí y puedan subsistir, bajo la misma dinámica, para dar resultados positivos a las organizaciones, siempre y cuando tengan un componente innovador. Es por ello que la innovación ha pasado en poco tiempo de ser emergente y marginal, a tener una posición relevante en el discurso político-social de hoy en día, ya que se podría definir como un mecanismo agregador de valor a partir de la producción de conocimiento creativo y pertinente que pueda generar emprendimientos, empleo y diversificar la economía gracias a un “un equipo multidisciplinario” entre el Estado, universidades, empresas, estudiantes, docentes y la sociedad en general, pero ahora bien, es necesario resaltar el papel fundamental de los dos principales actores en el proceso de cimentación de una sociedad innovadora.
Por una parte, está la academia a través de la ciencia y la investigación: en este sentido se debe tener claro que la conocida y tradicional, Investigación y Desarrollo (I+D) solo relaciona al mejoramiento empresarial mediante avances científicos y tecnológicos, es por esto que surge la necesidad de analizar un enfoque relacionado a otros factores de innovación asociados con las necesidades de la población que requieren de capacidades humanas y técnicas, es decir, ir más allá de medir posesiones tangibles de las organizaciones, también se debe considerar el capital intelectual enfocado hacia el desarrollo social en concordancia con las diferentes realidades territoriales, pero más énfasis se debería poner en los países en vías de desarrollo como Ecuador, que en la actualidad se ubica en las últimas posiciones dentro del Índice de Innovación Global, con respecto a los demás países de América Latina, según datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Por otro lado, se encuentra el Estado, a través de sus 5 funciones: muchas veces se habla de los efectos negativos de la participación del Estado con temas relacionados al crecimiento económico pero en este contexto, debería asumir el papel de líder, ya que la articulación conjunta para el surgimiento de estas iniciativas es primordial, permitiendo así la consolidación de ecosistemas innovadores que aporten a disminuir las brechas de desigualdad, crear bienestar social, atraer capitales, desarrollo humano y desarrollo económico, pero no solo esto es importante, también debe entrar en mesa de discusión el aporte de la innovación para la economía colaborativa, responsabilidad social corporativa, impacto ambiental empresarial, disminuir la desigualdad de género, inclusión social a grupos históricamente excluidos, pobreza infantil, entre otros.