En la publicación anterior se estableció un listado general de temas que considero necesario resolver en los primeros 100 días de gobierno de Guillermo Lasso. Es una gran oportunidad para implementar ajustes estructurales que nos permitan vivir en una economía más libre y próspera. Empezaré a entrar en cada tema, resaltando la importancia y utilidad que cada medida recomendada tendría para los ciudadanos.
Eliminar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD)
El impuesto a la salida de divisas es una de las medidas más nocivas implementadas. Es cobrar un impuesto a quien quiere utilizar libremente su dinero. En la práctica es un impuesto al ingreso de capitales pues nadie se siente atraído a traer su dinero a Ecuador cuando se le anuncia que cuando quiera sacarlo el gobierno le va a robar el 5% bruto de todo su dinero, ni siquiera solo de la utilidad que generó en el país. Veamos que significa esto en un caso práctico:
Un inversionista ingresa 1 millón de dólares a Ecuador. Los pone a trabajar y genera 150.000 en utilidades (rendimiento del 15% neto). Cuando quiera recuperar su capital y utilidad, tendría que pagar 57.500 en impuesto de salida de divisas (5%). Esto representa un 38% de su utilidad. Mejor invierto en otro país. Esta es la conclusión de la mayoría de potenciales inversionistas.
Hay que entender además que este impuesto se cobra luego de que el inversionista haya pagado en el negocio que invirtió el impuesto a la renta (22% aproximadamente), impuesto al valor agregado por lo que haya comprado (12%), haya tenido que repartir 15% de utilidades a los trabajadores y dependiendo de la línea de negocio incluso podría haber tenido que pagar ICE (impuesto a consumos especiales), aranceles de importación, y otros tributos/tasas de gobiernos locales. Así, para el inversionista, invertir en Ecuador es un riesgo excesivamente alto pues necesita un negocio que le permita generar utilidades tan astronómicas como para pagar hasta un 38% de su utilidad luego de haber pagado más del 50% en tributos por la actividad comercial.
Esto aporta a que hoy seamos uno de los países con el menor nivel de inversión extranjera en América Latina.
Al mismo tiempo pagamos los mayores intereses bancarios en dólares para créditos, incluso créditos productivos. En una economía dolarizada, la mejor manera de mantener un sistema financiero sólido y con productos atractivos para los clientes es permitir el libre flujo de capitales y la atracción de capital extranjero que alimente y soporte transacciones cada vez más robustas. La atracción de inversiones extranjeras permite la creación de nuevos negocios, el intercambio de tecnología, y la integración rápida de la producción ecuatoriana a cadenas de valor internacionales. Todo esto se traduce en más empleo y mejores sueldos.
Otro beneficio de la eliminación del ISD es que los precios de todo bajan. Todo producto cuenta con componentes importados. Al menos parte de los pesticidas, la maquinaria, los insumos de producción y hasta los gastos de publicidad que forman parte de las cadenas de producción de lo que compras en Ecuador son importados o pagados afuera del país, por lo que se ven afectados por el ISD. No solo el que viaja o sale del país paga este impuesto, lo pagamos a diario todos los ciudadanos pues ese costo que paga el importador se traslada al precio de venta final. Menos ISD es menos costo de vida.
Hoy existen medidas específicas, regulaciones, y mecanismos para no pagar o reducir el pago de ISD para ciertas inversiones o actividades, pero es necesario eliminar esta restricción por completo si queremos que la inversión sea masiva y a todo nivel. El presidente puede iniciar con una reducción agresiva del % de impuesto en base al art. 7 del código tributario y al num. 5 del art. 147 de la constitución. Esto es, el presidente no necesita que la Asamblea Nacional apruebe ni trate nada para reducir el ISD a 0.00000000001%. En paralelo se puede presentar un proyecto de reforma tributaria que incluya ajustes (o derogue) a la Ley Reformatoria para la Equidad Tributaria en el Ecuador que creó el ISD para completar su eliminación definitiva.
Quienes defienden la no eliminación del ISD se basan en que genera mil millones de dólares anuales para el Estado. Lo que no terminan de entender, es que eso significa que le han quitado del bolsillo a muchas familias ecuatorianas ese dinero. La plata es más útil en manos de los ciudadanos que inflando el presupuesto de un Estado que hoy sigue gastando demasiado.
Eliminar la obligatoriedad del impuesto al 2% sobre ventas a emprendedores
En una entrevista con Fernando del Rincón en CNN, el presidente Lasso anunció que eliminará este impuesto. Fue una gran noticia. El impuesto es injusto e inconstitucional pues pone en una situación de desventaja al microempresario frente a los demás. El empresario con RUC puede deducir gastos y solo en el caso de tener utilidad paga impuestos varios meses después de terminado el año. Al microempresario le cobran hoy directamente sobre las ventas. El 2% bruto sobre todo lo que vende, sin importar si tuvo o no utilidad. Esto es un abuso que además viola el principio de igualdad pues no permite a los microempresarios someterse al RUC y deducir gastos.
La idea de un sistema simplificado para microempresarios es buena, un modelo que les permita ahorrar en contabilidad y asistencia legal de manera que sus recursos se concentren en invertir en el negocio y personal clave es positivo, pero debe ser una opción, no una obligación, peor aún una en la que han incluido a emprendedores y profesionales en libre ejercicio sin su consentimiento. Dentro del plan de gobierno de Lasso se menciona la creación de un Régimen Impositivo Mínimo para Emprendedores (RIMPE). Podría ser una alternativa al actual RISE y al inadecuado 2%.
Este régimen simplificado es una oportunidad valiosa para integrar a millones de ecuatorianos al sistema tributario, dándoles la oportunidad de formalizar sus negocios, acceder a créditos y programas de apoyo. Crear una mayor base de contribuyentes y asegurarse que todos paguen con un sistema simplificado es el camino más seguro a una sociedad que trabaja en equipo y produce ingresos fiscales suficientes sin necesidad de subir impuestos. Así lo han determinado la OECD y varios organismos internacionales.
Para que sea un éxito es necesario que el sistema sea sencillo de usar, tenga bajos aportes para pequeños emprendedores, sea voluntario y se presenten públicamente y con el apoyo de la academia y organizaciones sociales los potenciales beneficios para motivar su adopción.
Eliminar el ISD y hacer el impuesto al 2% sobre las ventas optativo son dos pasos que el gobierno del encuentro puede dar para brindar oxígeno a los ciudadanos, atraer inversiones, y dar un nuevo impulso a los emprendedores del Ecuador. Está claro que no son todos los temas que se requieren reformar en materia tributaria, pero también es claro que son dos de los impuestos más absurdos y contrarios a justicia que se mantienen vigentes en el país. Todos esperamos que el gobierno actúe con agilidad y los convierta en malos recuerdos de gobiernos estatistas. Sería incomprensible que un gobierno que defiende la libre empresa e igualdad ante la ley mantenga impuestos que discriminan a quienes quieren emprender, ahuyentan la tan necesitada inversión, y encarecen la vida de los ecuatorianos.
Link publicación ‘Los primeros 100 días de Gobierno’: