El Presidente electo, Guillermo Lasso, ha comenzado a dar pasos acertados con el nombramiento de su nuevo Frente Social, para para comenzar a trabajar desde el 24 de mayo, el mismo día de su posesión, en sus promesas de campaña.
Los nombres son bastante acertados para cumplir las ofertas hechas. Mae Montaño conoce y tiene experiencia para trabajar en la inclusión social. María Elena Machuca es la persona acertada para dirigir un proyecto que el Presidente electo deseaba plantear en el área cultural.
La responsable de la Salud, Ximena Garzón, tiene uno de los mayores retos: la vacunación contra el Covid-19. En esa área hay cosas urgentes de reorganizar sobre todo en el tema de la vacunación a la gente que está con discapacidad.
El Consejo Nacional de Discapacidades debería ser sacado del Ministerio de Salud, porque cuando nació fue autónomo, en el Gobierno de Sixto Durán Ballén, quien entregó los primeros presupuestos y un comodato de la sede. Porque la situación de las personas con discapacidad no solo tiene que ver con el tema de la salud, sino también con el de la educación y el bienestar social.
La ministra de Educación nombrada, María Brown Pérez, pese a los cuestionamientos realizados por haber trabajado con el anterior Gobierno, goza de mucha experiencia. Otro acierto en el nombramiento del gabinete del Frente Social es el designado presidente de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt), Alejandro Ribadeneira, con una amplia experiencia en su paso por universidades como la de Los Hemisferios y el Instituto de Desarrollo Empresarial.
El Presidente electo Guillermo Lasso ha prometido eliminar la Senescyt, pero se ha topado con una ley que se confunde con los acuerdos y resoluciones que deben ser analizados muy cuidadosamente. Por ejemplo, el artículo 118 de la Ley Orgánica de Educación Superior confunde las cosas sobre los títulos que se entregan en el exterior.
La Senescyt tiene una lista de mil universidades que se seleccionaron hace 14 años y se maneja con eso y hay muchos centros de estudios con amplio prestigio no incluidas en esa lista como la Universidad de Navarra. No reconocen los bachelor qué son títulos de pregrado en Estados Unidos y sirven para hacer las maestrías o un PhD.
De ahí la importancia del nombramiento de Ribadeneira, para que sean las universidades quienes contribuyen con su experiencia y conocimiento sobre todo para la certificación de los títulos. En esa institución es necesario hacer una revisión global de todo lo hecho.
En el tema de la educación superior a Alejandro Ribadeneira le tocará hacer y rehacer porque hay muchos huecos en la ley y las normativas. Es un trabajo que lamentablemente representa un doble esfuerzo, porque cuando algo hay que rehacer significa un doble trabajo.
Igual ocurre con el tema de las universidades públicas que necesitan revisar sus presupuestos, porque son dineros públicos y no pueden hacer paralizaciones sin más explicaciones. Es tiempo de dar un aire a las universidades particulares para que puedan expandirse en excelencia.
El nombramiento de Bernarda Ordóñez Moscoso en la Secretaría de Derechos Humanos me parece muy acertada. Ella es experta en la prevención de la violencia contra la mujer con una muy buena capacitación. Hay mucho trabajo que hacer ahí.
Sebastián Palacios tiene mucha experiencia como para dirigir el área de Deportes, muy galardonado a escala internacional que tuvo su paso en una universidad como la San Francisco de Quito. Y finalmente está Darío Herrera, el designado ministro de Vivienda con un amplio conocimiento en desarrollo; él puede ser capaz de poner en marcha la oferta de campaña de Guillermo Lasso de entregar 200 mil casas rurales. Porque a ese proyecto se necesita poner caminos vecinales, riego, Internet y las escuelas rurales.
Todos los gobiernos, desde el de Jaime Roldós, han tenido excelentes programas y planes pero para cumplirlos se necesita equipos que trabajen coherentemente con el Presidente de la República, dentro de un programa y un plan de gobierno acordado. Guillermo Lasso, como un buen administrador, sabrá evaluar el cumplimiento de esas metas.