La compra de una vivienda es una de las más importantes decisiones financieras a las que enfrentarse a lo largo de la vida. Cuando pensábamos que la crisis de la Covid-19 cambiaría nuestra manera de afrontar esta decisión (salida de las grandes ciudades, búsqueda de inmuebles con nuevas características adaptadas al teletrabajo…) los datos confirman que la compra de vivienda nueva creció un 24% durante el primer trimestre de 2021 y que los alquileres han experimentado una caída del 11% en Madrid y del 14% en Barcelona. Sin embargo, la vuelta del turismo augura nuevas subidas para finales de año y el reciente informe ‘España 2050’ pronostica un retorno a las grandes urbes en los próximos 30 años, por lo que los problemas como el acceso a la vivienda o la segregación social se agravarán.
Ante este panorama, la eterna pregunta sobre si es mejor comprar una casa o vivir de alquiler vuelve a resonar en nuestras cabezas más fuerte que nunca. Consultamos las enseñanzas de tres expertas en la materia para intentar darle respuestas a los más comunes interrogantes.
¿ALQUILAR ES TIRAR EL DINERO?
Natalia de Santiago, autora de Invierte en ti (Planeta), es tajante a la hora de dar una respuesta a esta cuestión: “NO”. Así, en mayúsculas y con todas las letras, lo aclara en su libro, donde cuenta que “comprarse una casa que no te puedes permitir o hipotecarte por encima de tus posibilidades te puede salir mucho más caro que un alquiler. Aunque nos cueste creerlo, ni la vivienda sube siempre, ni en todas partes, ni es siempre una buena inversión, ni mucho menos la mejor”. Su planteamiento está directamente relacionado con la siguiente de las cuestiones…
¿CÓMO SABER SI PUEDO PERMITIRME COMPRAR UNA CASA?
Para responder a esta trascendental cuestión, Natalia expone cuatro reglas de oro:
1. El precio no debe ser más que cinco veces tu salario bruto anual (y eso ya es generoso).
2. La cuota de la hipoteca no debe superar el 30% de tus ingresos netos mensuales.
3. Tienes que poder pagar, como mínimo, un 20% a tocateja.
4. Tienes que acabar de pagar la casa antes de jubilarte.
Si no cumples algunos de estos requisitos, es mejor que sigas viviendo de alquiler.
¿PODRÉ JUBILARME SI NO TENGO UNA CASA EN PROPIEDAD?
A medida que se endurezcan las características de la pensión de jubilación pública, tener una casa en propiedad sí que es una garantía de poder retirarse algún día. Así lo explica Esmeralda Gómez López en su libro Quieres cobrar tu pensión (Alienta Editorial), en el que desgrana las dos opciones de conversión inmobiliaria: las que están basadas en la hipoteca de la vivienda y las que se basan en su venta.
“Si tienes una vivienda en propiedad llegada la jubilación, puedes venderla, y con la liquidez de la venta puedes alquilar otra casa, pagar una residencia o comprar otra vivienda más pequeña. Pero también existen otras alternativas, como vender la casa y seguir viviendo en ella. Esta modalidad se conoce como «plan de reversión de la vivienda» o «venta con reserva de usufructo vitalicio», explica.
“La vivienda solo pasa a ser un activo si realmente la alquilas y obtienes dinero por ella. En caso contrario, la vivienda donde habitas es solo un pasivo”
SI DECIDO COMPRAR, ¿CÓMO HE DE HACERLO?
Esmeralda es también autora de Cómo comprar una casa, manual que escribió tras los tres años que dedicó a adquirir su primera vivienda. Para ella es imprescindible “negociar siempre para conseguir una rebaja de entre un 10 por ciento y un 20 por ciento del valor de mercado”, señala. “Tan importante es lo que gastes en vivienda como el gasto mensual que ésta conlleve. Una vivienda bien aislada apenas demanda energía. No caigas en modas y reutiliza muebles. Minimiza al máximo la deuda para la hipoteca. Una hipoteca media implica un pago de intereses de un 20 por ciento del valor de compra, esto es, unos 20.000 euros para la compra de una casa de 100.000 euros sólo en concepto de intereses a lo largo de todo el plazo de amortización. En ese momento, al hablar de cantidades tan grandes, la gente tiende a incurrir en gastos elevados redondeando miles de euros como si fuera calderilla”, un error en el que insiste que no se debe caer.
“La compra de una casa no es algo obligatorio”, matiza sobre el asunto. “Fórmate, infórmate durante años, ahorra para minimizar la deuda, define bien lo que quieres, lee contratos, empápate con el lenguaje de las inmobiliarias para hacer las preguntas adecuadas, negocia, observa el mercado y cuando llegue el momento y el mercado baje, compra. Nunca te precipites en algo así”.
¿CUÁNTO TIEMPO PUEDO VIVIR DE ALQUILER?
“En realidad, comprar una casa no es ni bueno ni malo”, explica otra de las expertas, Francisca Serrano Ruiz, autora de De funcionaria a millonaria (Espasa). “La vivienda solo pasa a ser un activo si realmente la alquilas y obtienes dinero por ella. En caso contrario, la vivienda donde habitas es solo un pasivo”, desarrolla la experta en una reflexión que viene a tranquilizar a aquellas personas a las que no les salen los cálculos. Si con esa vivienda no vas a hacer nada más que vivir en ella, quizás no sea tan acuciante tenerla en propiedad. “Vivir de alquiler tiene unas ventajas claras”, continúa Serrano Ruiz. “Se puede cambiar de sitio tantas veces como se desees. No pagas impuestos, ni seguros, ni hipotecas, ni gastos de comunidad en la mayoría de los casos”.
Al respecto Natalia de Santiago añade que “alquilar nos permite también diversificar más nuestras inversiones y destinar nuestros ahorros a otras cosas que pueden ser más rentables que una vivienda, que en realidad es una inversión muy poco líquida”.
Texto original publicado en la Revista VOGUE