El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue fundado hace seis décadas. Lo conformaron los países de América Latina y Estados Unidos, años después entró Canadá de ahí la adopción del nombre actual, Interamericano. Desde su fundación, todos los presidentes de este organismo multilateral fueron latinoamericanos.
El BID tiene miembros no prestatarios y prestatarios. Los primeros no reciben financiamiento alguno pero se benefician de sus reglas de adquisiciones; solo los países miembros pueden suministrar bienes y servicios a los proyectos financiados por el multilateral.
Entre los no prestatarios está España que entró con muchos recursos para llevarlos a América Latina. En ese grupo también constan Japón, Israel, Alemania, Francia, Portugal, Reino Unido y hasta China.
Es el banco de desarrollo regional más grande a escala mundial. El primer presidente fue el chileno Felipe Herrera; después, el mexicano Antonio Ortiz Mena; en 1988 llega el argentino Enrique Iglesias, que renunció en 2005, para dar paso al colombiano Luis Alberto Moreno. Esto ha sido una tradición.
En este momento no se sabe cuál es la participación accionaria de Estados Unidos que porcentualmente debe haber disminuido. Y ahora hay un candidato del gobierno de los Estados Unidos, un asesor de Donald Trump que entró en la competencia por asumir la Presidencia de ese organismo.
El subsecretario de Estado interino para el Hemisferio Occidental, Michael Kozak, adelantó incluso que Mauricio Claver-Carone será finalmente elegido el 12 de septiembre al frente del BID, la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe.
Hasta ahora, el BID no ha tenido problemas; ha sido una institución estable, con muchos recursos, una sólida estructura financiera y siempre con presidentes de América Latina. Ante la presión de Estados Unidos por nombrar a Claver-Carone, los países de la Unión Europea, Argentina, Chile, México y otros han pedido posponer la elección del titular del BID prevista para el 12 de septiembre hasta marzo de 2021, cuando ya se conozca quién será el nuevo presidente de Estados Unidos.
Donald Trump intenta romper una tradición de seis décadas en las que siempre ha existido un latinoamericano al frente del BID y un representante de Estados Unidos en la Presidencia. Así fue desde su fundación, por lo que siempre ha tenido una muy buena participación de todos los países tanto por el lado de crédito, como en la toma de decisiones.
La Asamblea del organismo siempre se ha desarrollado en los diferentes países miembros, incluso las últimas fueron en Israel y el año pasado el anfitrión debía ser China, pero fue cancelada luego de que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, acusara a Pekín de negarle la visa al delegado nombrado por Juan Guaidó para representar a Venezuela.
Entonces, así siempre se han solucionado los problemas. Ahora, ¿por qué el señor Mauricio Claver-Carone dice que su candidatura es propuesta por Estados Unidos? ¿Por qué dice que la administración Trump quiere ayudar a América Latina y que si no es elegido no habría la recuperación económica después de la pandemia del Covid-19?, eso es por un lado. Por otro lado, dice que el gobierno estadounidense movilizará $40 mil millones para empresas norteamericanas que quisieran salir de Asia, particularmente de China, y ubicarse en los países de América Latina. Algo innovador, sin una planificación al respecto.
Primero, ¿querrán las empresas norteamericanas salir de manera forzada de un mercado como el de China que es la segunda potencia mundial económica?, ¿estará en su planificación salir de ahí para venirse a América Latina?, ¿a qué países?
Los $40 mil millones serán movilizados para dar préstamos ¿a quiénes? A las empresas norteamericanas. En los estatutos del BID, sin embargo, Estados Unidos consta como miembro no prestatario, pero si va a dar créditos a las empresas norteamericanas comenzaría a ser prestatario.
¿Y qué va a pasar con los préstamos para los países prestatarios y todas las corporaciones privadas que acceden al Banco Interamericano, por intermedio de la Corporación Interamericana de Inversiones que ahora se llama IDB Invest. Entonces, ¿en qué quedamos?, ¿Estados Unidos va a ser prestatario?, ¿va a ser prestamista por intermedio de sus empresas?, ¿va a estar en el escritorio o en la Presidencia?
De ahí que la comunidad europea se ha dirigido a los países de América Latina para pedir que la Asamblea se realice en el mes de marzo del próximo año y no el 12 o 13 de septiembre como pretende Estados Unidos.
En la historia de este organismo multilateral, además, nunca se había visto que alguien, una persona natural como el señor Mauricio Claver-Carone, promoviera su propia candidatura. Hay algo que sale de contexto. En el pasado, los países buscaban los mejores perfiles, con experiencia, que había en América Latina.
El candidato de Trump ha dicho que piensa convertir al BID en un contrapeso al financiamiento que ofrece China. Pero todavía no sabemos si el próximo presidente de Estados Unidos será demócrata o republicano. ¿Qué va a pasar con el BID si el elegido es Joe Biden?, ¿que nos hacemos con este señor, porque no habrá los $40 mil millones?. ¿qué apoyó tendrá de los países de América Latina y la comunidad Europea y de miembros como Israel o China?
Estados Unidos tendrá sus razones para su guerra comercial y tecnológica con China, pero no tiene porqué involucrar a un organismo sólido como el Banco Interamericano de Desarrollo. América Latina, a pesar de su inestabilidad política, es una región independiente.
Si Trump se declara nacionalista, ¿por qué quiere utilizar a América Latina en una guerra entre dos potencias?, ¿por qué desestabilizar la institución más sólida de la región?