Después de la pandemia del Covid-19 la industria del transporte aéreo en el mundo, ya no será la misma. De acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) desde que comenzó el confinamiento global el número de vuelos diarios cayó casi 90%, en algunas regiones y casi todo el tráfico de pasajeros fue suspendido.
Aerolíneas de todo el mundo anunciaron diversas medidas para prevenir contagios en medio de esta “nueva” normalidad. Un informe de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) señala: “Nos enfrentamos al mayor desafío de la historia de la aviación comercial: reactivar una industria que en su mayoría ha parado de operar más allá de las fronteras a la vez que se garantiza que no es un vector significativo para la propagación del Covid-19”.
Para operativizar la reanudación de vuelos comerciales de pasajeros en el Ecuador, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, emitió el 1 de junio el Protocolo para el ingreso al país por vía aérea, permanencia y salida de aislamiento preventivo obligatorio durante la vigencia del estado de excepción. Para ello se deberán cumplir las disposiciones generales del protocolo, entre las que se encuentran diversas medidas como el que los pasajeros deberán llenar y firmar, previo a su desembarque, la Ficha de Salud del Viajero, que será entregada al personal del Ministerio de Salud Pública que a su arribo se encargará de la respectiva valoración médica.
Asimismo, al ingreso al país, los pasajeros deberán suscribir una carta compromiso (Formulario Migratorio Especial), mediante la cual se comprometen a acatar las disposiciones establecidas por las autoridades y cumplir con el aislamiento preventivo obligatorio (APO). Los pasajeros deberán entregar el mencionado documento a la autoridad migratoria al ingreso al país.
Todas las personas nacionales y extranjeras residentes que formen parte de los grupos de atención prioritaria (de manera general: niños, niñas y adolescentes sin representante legal o padres, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, personas con enfermedades catastróficas, personas adultas mayores y personas deportadas) realizarán el APO en domicilio. El personal del MSP se encargará de definir los grupos de atención prioritaria al momento del arribo.
Por otro lado, la imagen que tenemos de los aeropuertos cambiará: para empezar con el uso de las mascarillas, que la gran mayoría de aerolíneas consultadas ya estipulan que serán obligatorias durante el embarque y el vuelo.
Salida nacional e internacional
Al ingreso a la terminal los pasajeros deberán:
- Hacer fila en el andén guardando la debida distancia física requerida.
- Pasar por la alfombra desinfectante de calzado.
- Portar correctamente la mascarilla.
- Mostrar al personal de seguridad sus documentos de viaje: pase de abordar y cédula de identidad o pasaporte.
- Pasar por el control de temperatura corporal. En caso de que un viajero registre una temperatura elevada, no podrá viajar y será evaluado por personal sanitario.
- Aplicar gel desinfectante en sus manos.
- Seguir los procesos normales del aeropuerto manteniendo la distancia física.
De acuerdo a las normas establecidas únicamente tendrán acceso a la terminal los pasajeros con un vuelo confirmado para ese día. No podrán ingresar familiares ni acompañantes.
Arribo internacional
Los pasajeros en arribo internacional deberán:
- Pasar por la alfombra desinfectante de calzado.
- Portar correctamente la mascarilla.
- Pasar por el control de temperatura corporal. En caso de que un viajero registre una temperatura elevada, será conducido a una sala de aislamiento y evaluado por personal sanitario.
Las aerolíneas están tratando de minimizar el contacto físico en fases como la facturación o check in y algunas como la estadounidense Delta han anunciado que instalarán mamparas de plexiglás, el material cuyo uso ha impulsado el coronavirus. También muchas de las compañías sugieren imprimir la tarjeta de embarque ya en casa, o tenerla disponible en el teléfono móvil para evitar el contacto físico.
Los controles siguen siendo los mismos que los del distanciamiento, el uso de las mascarillas, el alcohol en los baños, el agua y el jabón para el lavado de manos. En algunos aeropuertos se instalarán los arcos de desinfección; sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS), no los recomienda porque el virus no entra por la piel, ni por el cabello, sino por las vías respiratorias, por la boca y los ojos.
En lo que se debería poner mucha atención es en los filtros de seguridad de los Rayos X, donde se colocan las maletas. Esa bandeja debe ser desinfectada en la medida en que se la va usando, porque se debe tener la seguridad de qué el maletín esté descontaminado, porque al sacar las llaves, la billetera, las tarjetas… son artículos que se van contaminando y eso puede causar una paranoia absoluta.
Con los aviones no habrá mayor problema, porque cada aerolínea debe realizar las desinfecciones, para ofrecer un servicio óptimo. Lo que no se sabe es si cumplirán con el distanciamiento y si lo cumplen habrá un problema porque el avión tendrá que volar con poca gente y se aumentará el costo de los pasajes y eso es un problema. Lo que sí es obligatorio dentro del avión es usar la mascarilla.
Sin embargo, como norma general para los pasajeros, es que si presentan síntomas y molestias de tipo gripal es preferible no viajar, porque si está infectado lo más probable es que transmita el virus al resto de pasajeros. También se pueden disminuir las defensas por el estrés del viaje y en caso de tener la enfermedad se agravaría.
La apertura de las operaciones aéreas es una medida para generar productividad, pero no es el termómetro que indique si está siendo controlada o está evolucionando favorablemente. Lo que marca la definición de la enfermedad y el avance son los casos y si hay disminución en el número de contagiados, fallecidos y menos internamientos hospitalarios es un indicativo de que la epidemia está evolucionando satisfactoriamente. Con ello además se pueden ir abriendo otros sectores para el tema de productividad y economía.