Desde el inicio de la cuarentena, que busca reducir el nivel de contagio del Covid-19 en el mundo, la mayoría de ciudadanos se ha volcado al uso de las plataformas digitales para continuar con su trabajo y estudios.
Sin embargo, el uso de diversas plataformas expone la vida e identidad digital de los usuarios. Esto ocurre generalmente en la redes sociales como Facebook en la que se muestran diversos aspectos que en la vida real no se darían a conocer.
Por algún motivo, la gente tiene más confianza en subir fotos, hacer declaraciones y contar aspectos personales como sus viajes, sus compras, etc, que pueden ser indicativos para ser víctimas de la delincuencia.
En el uso continuo de correos electrónicos es necesario buscar formas adecuadas de cruzar la información, si es posible camuflándola, porque los correos son sujetos a intervenciones muchas veces sin que lo sepamos, más aún en los sitios en los que actualmente estamos laborando, que son nuestros hogares y que no cuentan con una mayor vigilancia.
Dentro de las conexiones de la casa entre ellas los Wi-Fi son vulnerables sino se utilizan cierto tipo de técnicas de seguridad. En la Universidad Casa Grande utilizamos el VPN (virtual prívate network) que son protecciones a manera de túnel que cifran o protegen nuestras conexiones y los usuarios.
Asimismo, el uso de nuestras redes Wi-Fi para conectarnos a los servicios en casa como son por ejemplo Netflix, Disney+, Spotify, Apple Music o Hulu a través de los televisores inteligentes se utilizan libremente y hay aspectos interesantes con este tipo de aplicaciones. Al instalarlas en los celulares no se toma en cuenta que para bajarla se permite el acceso a los contactos, a las fotos y otros datos guardados en el dispositivo. Y antes de permitir la instalación nos preguntan si estamos de acuerdo y lo aceptamos, porque difícilmente se analiza en un contexto real.
Esa es una primera señal de debilidad que tenemos al instalar estos software dentro de nuestros celulares, tablets o televisores inteligentes pues le damos permiso a la compañía que lidera la aplicación y nos exponemos. En el caso de Facebook se les permite utilizar libremente las fotos y comentarios en lo que deseen. Obtienen grandes beneficios comerciales vendiendo nuestra información y preferencias. En el caso de Netflix se utiliza un usuario y una clave para acceder al servicio. Sin embargo, en las redes se venden accesos a Netflix con un mínimo valor y lo hacen porque han intervenido miles de cuentas.
Para saber si han intervenido la cuenta debemos saber quienes están utilizando nuestra clave, porque la aplicación permite ver los usuarios disponibles. Pero en otras aplicaciones como Hulu o Apple Amazon Prime no es tan fácil detectarlo.
Hay quienes utilizan una sola clave para ingresar al correo, para ingresar al computador, a la cuenta bancaria… para no olvidarla. Pero es ahí donde radica uno de los principales problemas y riesgos de los usuarios, porque son presas fáciles para los delincuentes cibernéticos.
Debido al aislamiento hay una mayor cantidad de usuarios haciendo compras en línea y ya se han presentado casos en los que se han violado las seguridades accediendo a la base de datos en los que estaban todas las claves de los usuarios quedando totalmente expuestos, un ejemplo es Target. Muchas veces se hacen transferencias utilizando el número de cuenta bancaria o de tarjeta, son temas de mucha delicadeza dentro de la ciberdelincuencia como están produciéndose, más aún en esta época en dónde ha proliferado el teletrabajo y la gente trata de suplir sus necesidades, a través de las plataformas digitales.
Lo ideal es tener cuentas y claves, independientes de las que maneja con su tarjeta de crédito. Además deben ser complejas, no la deben divulgar o guardarlas en un lugar de fácil acceso. Se debe utilizar esas cuentas de correo exclusivamente para temas de diversión que no impliquen transferencia de dinero. El cambio de clave cada cierto tiempo es primordial, en el caso de las cuentas de entretenimiento es importante contar con la opción que le permita ver cuántas personas o dispositivos están conectados, para detectar a usuarios extraños. De esta manera, se evitará la entrada del delincuente, porque generalmente no busca un solo punto, sino una entrada a otra información de la que pueda lucrar. Hay que ser más curiosos en el manejo de las cuentas y más efectivos al momento de poner claves, que no sean claves sencillas como 12345 ABC, ni las letras de la primera fila del teclado, o las fechas de los cumpleaños o aniversarios, sino más bien claves complejas que sean de difícil acceso para los delincuentes. Esa es la única manera de protegerse de la ciberdelincuencia.