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Corona V: el poder de la ficción o esclareciendo “el desierto de lo real”

Tiempo de lectura: 5 minutos

El mundo tiene nuevas maneras de confrontación que todavía no hemos entendido. Y en parte porque la cultura de masas, el mass media, sigue fuerte de otros modos.

El sentido convencional de un país contra otro país, con esa idea de que son países los que están confrontándose no deja ver que son realmente intereses. Pero del otro lado de las pugnas, existe también grandes afinidades que definen acuerdos. Cuando se habla de un capital global e intereses que van más allá de las fronteras que se pintan como China o Estados Unidos: hay que mirar la etiqueta Nike y pregúntarse dónde fue hecha.

Entonces la otra escena de los gobiernos y las articulaciones de los gobiernos y también los poderes que están ahí, distintos tipos de poderes: el mundo está viviendo épocas en las que esas confrontaciones no son verdaderamente entre países, sino en relación con el interés de quienes son hegemónicos en sus acuerdos generales y la masa que tiene que ser conducida, tiene que ser llevada, tiene que ser utilizada y de ser el caso, como lo ha sido antes, sacrificada.

Además hay que entender que la nomenclatura China tiene su propio proyecto, repito, su propio proyecto. Pero el detalle es que la nueva mass media permite conducir a la masa evitando, de ser necesario (en otro momento podría ser lo contrario) evitando, digo, el sacrificio vital. Y es evidente que parecería que esto afecta a la economía; pero recuerda que las crisis son unos grandes elementos potenciadores del capital que propician además “depuraciones”.

Se estimula el “teletrabajo”, por ejemplo, y con eso matan más de dos pájaros de un solo tiro: aíslan a la gente en lo real y los confinan a lo virtual controlable; ahorrarán costos operativos mejorando la rentabilidad y forzarán el paso a lo digital de aquellos ámbitos en los que no esté consolidado.

Por otra parte, el precio del oro subió en este mes, solo hay que ver la tendencia en el año. El precio del oro se consolida alrededor de los $1 400 por onza en junio de 2019. Revisen bien el cuadro.

Los que compraron oro, los verdaderamente pocos que compraron mucho oro, evidentemente sabían lo que iba a pasar casi un año antes. Estas cosas se planifican y son para las fechas curiosas en las que ocurren. Cuidado se vuelven predecibles muchachos. Esto último, con lo soberbios que son, los molestará.

Y la cotización a futuro del oro a marzo que llegó hasta $1 700 la onza. Y las fluctuaciones en este mes alto, cuando baja la cotización, preguntarse por qué y hacia qué inversión se dirige.

¿Quién tiene oro?

A la vez que las acciones vayan a la baja ¿Cuáles son las que es interesante comprar a la baja y se encuentran en líneas estratégicas?

Entiendo que ya existe una tendencia hacia una especie de autismo ante lo social, precisamente propiciado por lo eufemísticamente llamado “redes sociales” las cuales conducen a que en una reunión, como en caricatura, estén embebidos en las nuevas cajitas bobas que son los teléfonos móviles, ahora, gracias a la jugada del coronavirus, propician la fobia al otro, el aislamiento social. Porque estar fuera de la red, estar en el mundo real y no en el virtual no los hace controlables.

Y pensar que alguna vez se tuvo “fe” en la “masa crítica”. Hoy la vemos: pura masa a secas. Y finalmente todos siguen mirando hacia donde el primero, asalariado, empezó a mirar. Estamos viviendo ese mundo: hay quienes lo calculan y otros muchos  lo vivimos.

Estas son las “guerras”.

Creemos que  lo que vemos en la pantalla del cine, es lo que está ahí y no nos volteamos  a ver el proyector. No está mal tener al menos alguna memoria histórica. Por ejemplo la alianza abierta en su época entre el imperio  y el papado. Los gobiernos son de los políticos (papado) y aparte los intereses económicos, los duros, los reales, no los locales sino los globales.

En China la nomenclatura del partido aspira a los dos. ¿Entonces entendemos mejor a Trump y lo que representa en ese orden? En esa intensión de sintetizar lo político y lo económico en uno, se presentan las pugnas, como ejemplo de pugnas  “pacíficas”, la confrontación contra Huawei de Android… es decir, de Google.

Los políticos normalmente dependen de los intereses económicos y desde ahí negocian. China, EEUU y Rusia tienen divisiones, repito, divisiones para una guerra cibernética. Una división son entre 10 mil a 15 mil efectivos en un ámbito en el que cuentan sobre todo algoritmos y programas. Es mucha gente. ¿Esa gente está ocupada u ociosa?

Entre otras cosas crean perfiles verosímiles en las redes. Todavía les fallan ciertos detalles, porque asumen que la masa sigue sin más la zanahoria. Afirmo que están seguramente sorprendidos del enorme éxito que han tenido en esto, que es más que un ejercicio. Y claro la preocupación debe ser ahora que en el descomunal éxito puede estar un problema: cómo irlo parando. Y como sabemos, siempre están dispuestos a todo.

Y si, más allá de los gobiernos, los intereses, que por ejemplo no pestañearon en lanzar dos bombas atómicas en ciudades en la segunda guerra mundial, cuando hubieran podido lanzarlas lo suficientemente cerca que se vea, lo que necesitaban era confirmar las hipótesis y experimentar.

La Matrix no está en el futuro, es una metáfora de esto, hoy.  ¿Y el futuro luego de esto, lo que se puede generar desde la red y que es necesario identificar y controlar, qué podrá ser? Pero aseguro que eso vendrá. En el interín, control social cuando sea necesario.

Parte del experimento esta vez u otra sería que colapsen las redes y se dé el efecto obscuridad. Repito, este no ha sido solo control social, es además tomar control de acciones a la baja en áreas estratégicas. Y bien, la sociedad de la masa digital, con gente pensante incluida, ha cedido el análisis.

Esto es en parte efecto de que muchas universidades las hayan convertido en una factoría de profesionales y en toma pedidos de las corporaciones y del Estado. Y se haya excluido de ellas la reflexión, la racionalidad, por no redituables.

Para concluir (moraleja):

Entonces el Corona V es el subterfugio para la puesta en escena de la nueva guerra y el control en la redes. Hay quienes imaginaban a la tercera guerra mundial como un despliegue de misiles intercontinentales. La idea de confrontación entre países. La confrontación es entre intereses. Pero han llegado a acuerdos, menos China cuya nomenclatura aspira al poder no solo político.

Concluyo: ven la película tan bien montada en la pantalla y no se les ocurre voltearse a ver el proyector. Actos de fe en la nube de desinformación dirigida. Treinta y seis grupos en el mundo se han forrado con la pandemia aprovisionándose de oro hace más de un año, para comprar acciones a la baja; más el efecto de lo que serán las guerras de verdad, no misiles intercontinentales.

La nomenclatura China quiere ser dueña  del clan mundial. Y no se andan con bromas, no juegan. ¿Pero quién ganó?  China: “Querían guerra, ahí la tienen ” 他們想要戰爭,那裡有戰爭

¿Será posible sacrificar a unos cuantos inclusive y para empezar de los suyos, por el bien del “partido”?  El miedo y las carencias. Pero el poder es del miedo. Deja que creas lo que te hace esperar. El poder que puede matar. Nunca ha sido nuevo, lo nuevo es el medio. Y que el medio se convierta en el mensaje, que le dice que al final (el mensaje) justifica los medios.

Cómo siempre, los fuertes terminarán siendo más fuertes y los tontos… Encaja la descripción de Arthur Baer sobre Christian Wilmore: «Nació idiota y ha tenido una recaída»

 

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