Luego de 17 años un jefe de Estado ecuatoriano visitará, oficialmente, este miércoles 12 de febrero la Casa Blanca, sede del Gobierno de los Estados Unidos. La última visita de este tipo se realizó en febrero de 2003, entre los expresidentes George W. Bush y Lucio Gutiérrez.
En el gobierno anterior, por cuestiones ideológicas tanto del expresidente Rafael Correa como del grupo que lideraba la cancillería, el Ecuador se alejó de los Estados Unidos. Esta visita oficial demuestra que hay un giro en la política exterior ecuatoriana, porque después de una década de distanciamiento, los lazos bilaterales con los Estados Unidos se están fortaleciendo. En especial con el nombramiento de José Valencia como ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana quien ha realizado una buena gestión asesorando al presidente Lenin Moreno.
Con María Fernanda Espinosa a la cabeza de la Cancillería (24 de mayo de 2017 hasta 12 de junio de 2018), todo siguió igual. Es más, con ella el Ecuador continuaba votando a favor de Nicolás Maduro o apoyando a Julian Assange.
Por otro lado, el 6 de febrero pasado Ivonne Baki presentó sus cartas credenciales como nueva embajadora de Ecuador ante los Estados Unidos. Su amistad con el presidente Donald Trump no lo es todo, pero sí ayuda. Según el Gobierno, con el cambio de embajador se busca aumentar las relaciones comerciales con esa nación.
Toda visita a un presidente de otro Estado es importante, más aún si se trata de nuestro primer socio comercial como lo es los Estados Unidos. En la cita se prevé que se abordarán temas de cooperación bilateral en materia de intercambio comercial, promoción de inversiones, seguridad pública, cooperación para el desarrollo, educación, entre otros. Sin embargo hay que poner especial énfasis en temas como migración, porque hay una gran cantidad de ecuatorianos que viven en ese país. Según la Cancillería son aproximadamente un millón y medio de personas. A ello se suma que el mayor número de turistas de visita en el Ecuador proviene de los Estados Unidos.
En segundo lugar se deben emprender acciones para resolver problemas comunes como el narcotráfico. En esta área se deberían firmar convenios de cooperación para luchar contra este mal que es transnacional, porque le afecta a nuestro país, pero también a los Estados Unidos.
En tercer lugar sería una buena oportunidad para firmar un nuevo Tratado de Extradición entre ambas naciones, porque el que rige al momento fue firmado el 22 de septiembre de 1939 y no constan los nuevos delitos, donde la mayoría de personas que delinquen o cometen actos de corrupción en el Ecuador se encuentran en los Estados Unidos. Sería de gran importancia suscribir un nuevo convenio en este tema y una vez firmado hacer un seguimiento para que se cumpla a cabalidad.
Esta visita podría abrir la puerta a acuerdos bilaterales como los que tiene Ecuador con Europa, el objetivo sería firmar un Tratado de Libre Comercio (TCL), aunque para ello es necesario establecer una serie de negociaciones y pese a que el presidente Donald Trump no está muy de acuerdo con ellos, sí se debería presentar la propuesta.
El socio natural de los Estados Unidos es Latinoamérica y el Ecuador forma parte de la región, por eso es normal que ambos presidentes mantengan un encuentro, que además es movido por intereses comunes. Lo que no era normal era reunirse con naciones con las cuales no compartíamos intereses, por ejemplo Irán e Irak. Pero hay que recalcar la importancia de que los acuerdos, las conversaciones y la soberanía sean respetados por los dos estados.
El gobierno norteamericano encuentra en esta visita una oportunidad para expandir la nueva y positiva relación bilateral que Estados Unidos ha construido con el Ecuador y esperan hallar formas de fortalecer sus lazos, para fomentar la democracia y la prosperidad en el hemisferio occidental.
La comitiva ecuatoriana está integrada por el canciller José Valencia; la ministra de Gobierno, María Paula Romo; el ministro de Defensa Oswaldo Jarrín; el secretario de Gabinete, Juan Sebastián Roldán; el ministro de Economía, Richard Martínez; el ministro de Producción, Iván Ontaneda, y el Ministro de Agricultura, Xavier Lazo.
Está previsto que la delegación ecuatoriana se reúna con la Cámara de Comercio Americana, empresarios de ese país y representantes de organismo multilaterales. Lo importante no es solo que se firmen los acuerdos y los convenios, sino el seguimiento que se les haga para que concluyan bien.