A lo largo de la historia el uso del cannabis ha tenido diferentes funciones (como alimento o como textil), sin embargo el consumo lúdico era mínimo. En el siglo V antes de Cristo la función principal era religiosa. Según el historiador griego Herodoto los escitas colocaban la planta en piedras ardientes para inhalar el humo que desprendía. Se cultivaban las plantas de cannabis para consumir los cañamones por su alto valor proteico.
El cannabis aparece en diferentes tratados médicos. En el tratado del médico griego Dioscórides de Pedacius, De Materia Medica, se registró el cannabis en su farmacopea para los dolores de oídos como para estimular el apetito. En el papiro egipcio Ebers (1500 a.C.) se utilizaba como cataplasma para heridas en los pies. Toda esta tradición desapareció con la invasión de los pueblos godos y el desarrollo del cristianismo durante la Edad Media en Europa. El cannabis era utilizado en ungüentos de brujas y curanderas y en 1484 fue expresamente prohibido en la bula papal de Inocencio VIII.
Principalmente se utilizaba el cannabis con fines medicinales en la zona de la India y del Oriente. Por parte del mundo islámico se habla de la utilización del cáñamo para hacer papel. En el siglo XI, en Egipto, parte del papel fabricado era de cáñamo. En la zona del Magreb tan solo en la ciudad de Fez trabajaban más de un centenar de molinos que fabricaban papel de cáñamo. Y en al-Andalus la ciudad de Xátiva era el principal centro de fabricación de papel de cáñamo. Como dato curioso, en el siglo XV, la primera impresión de la Biblia de Gutenberg se hizo sobre papel de cáñamo (que es lo mismo que marihuana o cannabis).
En Europa el uso medicinal se retomó en el periodo napoleónico, cuando Napoleón conquistó Egipto y promulgó el uso del cannabis con fines médicos. Los médicos militares napoleónicos fueron los que a finales del siglo XVIII volvieron a introducirla en el viejo continente. Posteriormente aparecieron los primeros escritos de médicos franceses (Virey o Moreau de Tours) en donde se explicaba que el aceite de cannabis se utilizaba para personas con demencia y para ciertos casos de sífilis; incluso se usaban cigarrillos de cannabis para el asma. Actualmente, se está trabajando con el cannabis para el glaucoma porque ayuda a bajar la presión circulatoria evitando que se produzca la ceguera. Una de las funciones principales de esta planta es calmar el dolor (utilizado para cuidados paliativos relacionados con el cáncer).
El uso del cannabis se prohibió a mediados del siglo XX debido una campaña de desprestigio y también a que no se consiguió el principio activo de la planta. Esto dificultó la elaboración de medicamentos de manera industrial. En 1964, el israelí Rafael Mechoulam consiguió aislar el tetrahidrocannabinol, principio activo del cannabis, usado actualmente para tratar varias enfermedades (Sida/VIH, Alzheimer, Artritis, Asma, Cáncer, Dolor crónico, Enfermedad de Crohn, Epilepsia, Glaucoma o Esclerosis múltiple). La marihuana siempre ha tenido una mala reputación debido a los efectos alucinógenos, altas y bajas de tensión en personas que la consumían.
El cannabis no es hidrosoluble, es decir que no se puede mezclar con el agua; es liposoluble, puede trabajarse a partir de las grasas. Las grandes compañías farmacéuticas que trabajan con el cannabis (como GW Pharmaceuticals) sacan los principios activos con los que producen los medicamentos (como Sativex) que ya están a la venta libre en Chile, Austria, Alemania, Italia, Dinamarca, Finlandia, Australia, Reino Unido, México, Colombia, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, España, Suecia, Suiza, Canadá, Kuwait e Israel. Se utiliza para enfermos de esclerosis múltiple. Los países que no tienen acceso a este tipo de medicamentos sus enfermos deben de obtener cannabis de manera alegal y crear sus medicamentos mezclándolo con mantequilla o leche.
El tiempo que tarda en hacer efecto varía según el modo de consumo. Si se lo come puede tardar hasta una hora mientras que si se lo fuma surte efecto en menos de cinco minutos. La forma de consumo dependerá de la rapidez con la que debe tratarse la enfermedad.
En Ecuador, en 1874 en el diario Los Andes de Guayaquil aparece la primera referencia sobre el uso medicinal del cannabis para el asma, sofocaciones, insomnio y neuralgias. El 17 de septiembre de 2019 la Asamblea aprobó el uso medicinal del cannabis. Se sustituyó el artículo 222 y se reformó el artículo 220 del Código Orgánico Integral Penal. Lamentablemente aún no existe un reglamento para regular y determinar los responsables, la manera de uso y cultivo de esta planta.
Ecuador sigue siendo un país tradicionalista en donde el poder de la iglesia es fuerte. El Gobierno de Lenin Moreno actuó bien respecto a la legalización del uso medicinal del cannabis. Sin embargo, la sociedad todavía no está preparada para identificar al cannabis como medicina. La población sigue pensando que es una droga peligrosa y una puerta de entrada hacia consumos de cocaína y heroína. Ecuador debe de avanzar en la investigación sobre el cannabis terapéutico en sus universidades y centros de investigación para que no nos pase esta oportunidad que ahora se nos brinda. También debe existir un proceso de concienciación a la población sobre el uso y beneficios del cannabis para dejar de lado el pensamiento de que toda forma de consumo del cannabis es negativa.
Existen varios colectivos ecuatorianos que trabajan el tema del cannabis. Ecuador Cannábico, fundado en el 2009, es un grupo pro-legalización que difunde material escrito y audiovisual sobre los beneficios medicinales de esta planta.