Dentro del derecho internacional existe la posibilidad de que se desconozca un gobierno cuando no es producto de una elección correcta, popular, en derecho. La elección de Maduro es un fraude, ahí no existe democracia.
De acuerdo a la Constitución venezolana, el presidente de la Asamblea, Juan Guaidó ha sido proclamado presidente interino y en este momento la mayor parte de países latinoamericanos y EEUU han reconocido a su gobierno. En un mundo globalizado, si el gobierno de Maduro es desconocido está aislado y tendrá en caer.
Bolivia y México optaron por respaldar a Maduro, siguiendo su ideología, lo cual es lamentable. Para darse cuenta de que en Venezuela no hay democracia no hay que tener ideología; simple y llanamente hay que observar lo que está ocurriendo. En el caso de la política internacional ecuatoriana el camino es en zig-zag, sin embargo, gobernar es rectificar y el pronunciamiento de Lenín Moreno se hizo esperar pero llegó.
Una vez que la comunidad internacional le ha quitado el apoyo a Maduro, sus declaraciones son patadas de ahogado. Las calles lograron el principio del fin del gobierno del dictador Maduro.
Una vez desconocido el gobierno, las naciones deberán retirar a los embajadores que permanecen en Venezuela y, a su vez, pedir que los representantes diplomáticos de Venezuela abandonen los países. En Ecuador, por ejemplo, se debiera retirar a los funcionarios de Maduro y reconocer a quienes envíe el gobierno interino. Eso va a aislar a Maduro, su gobierno tiene poco oxígeno para seguir.
Maduro no puede firmar tratados ni convenios, no puede solicitar créditos, no puede acudir a reuniones. ¿Cuánto puede durar un gobierno en esas condiciones? Más de una semana es imposible, tomando en cuenta, además, la terrible situación económica del país.
La política internacional también contempla procesos coactivos que esperamos no sean necesarios.