El viaje del presidente Lenín Moreno a un Foro como el de Davos, con una delegación de alto nivel, indudablemente envió otros mensajes a los inversionistas extranjeros y a la comunidad internacional. El resultado final a todas luces es positivo porque da las señales de que el país está interesado en resolver sus problemas estructurales como el déficit público, la merma en el intercambio comercial por las medidas proteccionistas de la última década y otros problemas que están ahí, porque todavía tenemos una economía que depende mucho del precio del petróleo en los mercados internacionales. No logramos quitarnos de encima el tema del extractivismo, ni hallamos alternativas para dejar esa dependencia de los hidrocarburos.
En Davos, sin embargo, Ecuador dejó claro al mundo que ahora hay un respeto al marco jurídico establecido para los inversionistas y para el intercambio comercial; que respeta los acuerdos de inversión firmados (…). El gobierno ecuatoriano dijo que en el país ahora no prevalece ni una ideología de izquierda, ni de derecha ni progresista ni no progresista porque estamos claros que Ecuador no es una isla solitaria, sino una conectada con muchas islas y, por lo tanto, estamos conscientes sobre nuestra obligación de hacer las cosas bien. La comitiva ecuatoriana intentó vender al país como una buena oportunidad para la inversión, no solamente financiera sino también real.
La transferencia de tecnología y conocimientos son temas clave para el país en estos momentos, aunque no podemos ser tan pretenciosos como para creer que a la vuelta de la esquina vamos a convertirnos en la Costa Rica de América del Sur, por todo el desarrollo tecnológico implementado.
Ecuador debe buscar en foros como el de Davos acuerdos para la transferencia de conocimientos y tecnología, el Know-how que podría ayudarnos a desarrollar una fábrica de software gigante para distribuir a nuestros socios en la región.
De ahí que resultó positiva la reunión de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, con Lenín Moreno porque fue como abrir el camino para que el multilateral envíe una misión a Ecuador con el fin de lograr su aval internacional por sus compromisos para corregir sus problemas estructurales.
#EcuadorEnDavos ???????????????? | En el marco del #wef19, Ecuador suma apoyo de organismos internacionales y muestra su apertura de interacción con socios y aliados para conseguir la vigencia plena de una economía sana con visión social en el país. pic.twitter.com/0O4YAZ6vIp
— Presidencia ECU (@Presidencia_Ec) 24 de enero de 2019
El Gobierno, en la actualidad, tiene varias tareas pendientes y una de ellas es modernizar o dar nuevos aires a varios sectores o empresas estatales que reportan pérdidas. Pero el mensaje debe ser claro, así como los objetivos. No puede salir nuevamente a lanzar medidas como la eliminación del subsidio al diésel y luego retractarse.
Supongamos que yo soy un inversionista que busca instalar una flota pesquera de gran envergadura en el país. Primero voy a pedir una proyección con el diésel subsidiado; luego del anuncio del retiro del subsidio, voy a pedir una proyección con el diésel liberado, pero si después me dicen que todo queda como está lo más probable es que no arriesgue mi capital por el nivel de incertidumbre creado.
Tanto el empresario como el ciudadano de a pie saben que en las condiciones actuales se vienen una serie de medidas de ajuste, porque la sabiduría popular dice que cuando el río suena piedras trae. Si ya se está socializando, por ejemplo, entre inversores, gobierno y empresarios el tema de las privatizaciones, la probabilidad de que se privatice algún sector ya no una conjetura sino algo real.
La obligación del gobierno, en este contexto, es proyectar bien lo que va a pasar en la economía real porque de lo contrario volverá en enviar mensajes inciertos.
El gobierno debe ser muy prudente a la hora de explicar lo que va a hacer, por qué y el fin último de las medidas. Sin endiosar o desmitificar el tema de las privatizaciones, lo primero es analizar en qué sectores conviene una medida de ese tipo o si es mejor crear empresas de economía mixta con las reglas del juego claras.
El tema de las privatizaciones fue satanizado no solo por los diez años de correísmo sino por todo lo sucedido en los años de los noventa donde hubo una correntada grande y la aplicación de las recetas del neoliberalismo, mal ejecutadas, trajo fatales consecuencias y pésimos resultados.
Las privatizaciones bien hechas tal vez puedan funcionar, pero la gente va a estar alerta. Es como la memoria del feriado bancario, si alguien dice que mañana habrá un corretaje la gente seguramente la gente tomará sus medidas como sacar su dinero de las instituciones financieras y meterlo en el colchon bank porque hay un antecedente.