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Más allá del Nobel para la revolucionaria inmunoterapia

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¿Cuál es el gran beneficio para la humanidad?

Alfred Nobel estableció este reconocimiento como parte de su ultimo testamento en 1895 para quienes “hayan brindado un gran beneficio para la humanidad”. Ser reconocido implica haber cambiado un paradigma científico con un impacto significativo en su área y en el mundo. Desde la idea de origen, hasta la prueba de su impacto e importancia pueden pasar muchos años. El Nobel significa un premio a la idea brillante, a la tenacidad, resiliencia, logros alcanzados y sostenidos de los científicos reconocidos. Este año, el Premio en la categoría de Fisiología y Medicina fue otorgado a los inmunólogos James P. Allison y Tasuku Honjo quienes no tenían como último fin el de ganar el Nobel, incluso Allison no pensaba poder encontrar una cura al cáncer o desarrollar un nuevo tipo de tratamiento. Tanto Allison como Honjo son científicos que trabajaron desde las ciencias básicas y con una serie de preguntas clave, algunas resultaron exitosas.

Desde la ciencia básica

En los años 90s, James P. Allison en la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos estudió el rol de la proteína CTLA-4 que funciona en las células T del sistema inmunitario como un freno, es decir inactiva su capacidad de acción. Del estudio de esta función primordial en las células se pudieron haber generado múltiples aplicaciones. Pero, coincidentemente, Allison consiguió un anticuerpo inhibidor de la actividad de CTLA-4 y lo aplicó en una enfermedad que evade al sistema inmunitario y esta fue el cáncer. También pudo haberse enfocado en cómo frenar la híper-activación de estas células en enfermedades autoinmunes y haber generado nuevos tratamientos para el Lupus o Artritis Reumatoide.

Durante los mismos años, un investigador al otro lado del mundo en la Universidad de Kyoto de Japón comprende otro proceso relacionado a la inactivación del sistema inmune, pero en lugar de ser un receptor-activador de vías de regulación como CTLA-4, PD-1 es una proteína relacionada a la inducción de la muerte celular programada, es decir que cuando esta se activa, las células inmunitarias se frenan y pueden morir. Quién descubrió este proceso fue Tasuku Honjo. Honjo, a diferencia de Allison, quiso encontrar la manera de curar al cáncer, debido a que en los años 60s uno de sus compañeros de formación murió con cáncer gástrico y esto marco su carrera.

James Allison y Tasuku Honjo tuvieron una idea brillante, la de aplicar estos procesos a la lucha contra el cáncer. Ellos debieron probar a través de años de publicaciones y pruebas que efectivamente si inhibimos la función de CTLA-4 y PD-1 podemos generar una mejor respuesta inmune en contra de esta enfermedad, fue el nacimiento de la Inmunoterapia.

Aquí y una vez más se demuestra que no necesariamente se debe poner una direccionalidad a la ciencia, sino que es necesario generar el ambiente, Allison y Honjo fueron formados y trabajan en grandes Universidades, con un ecosistema apropiado para que las grandes ideas afloren y se conviertan en un Nobel. Una gran curiosidad, seguida por la libertad de decisión y apoyo a la generación y prueba de estas ideas es la mezcla adecuada, es el coctel para el éxito en ciencia, para el gran beneficio de la humanidad.

Implicaciones de este descubrimiento en la medicina en general

Comprender que el cáncer se puede desarrollar de múltiples maneras y que a su vez tiene la capacidad de interrelacionarse con otras células, es importante. El cáncer no está aislado y no solamente son algunas células las que se vuelven cancerosas, sino que hay otras que apoyan en su desarrollo, todo esto funciona en un microambiente. Es el ambiente que da lugar a que exista un mayor o menor desarrollo de las células malignas.

Ahora bien, cuando el cáncer adquiere un determinado tamaño, empieza a inmunoregular el sistema a su alrededor y se ocultará de las células del sistema inmune, es entonces cuando el cuerpo pierde la capacidad de poder inhibir el crecimiento y de inducir la muerte a las células cancerosas. De esta forma el cáncer puede seguir desarrollándose.

Algo muy importante dentro del descubrimiento del premio Nobel es el hecho de bloquear el adormecimiento del sistema inmunitario, quien es el encargado reconocer al cáncer e inducir su eliminación.

La investigación de los premios Nobel es sin duda un hito importante para la Medicina dado que se demuestra que el uso de una sola estrategia, la más usada en quimioterapia que es el ataque directo a la proliferación del cáncer, no es la más efectiva, sino que se deben usar tratamientos complementarios donde se incluya a la inmunoterapia, la cual hace que el cáncer sea reconocido por el sistema inmune, este disminuya su crecimiento y la persona tenga una mayor probabilidad de sobrevivir.

¿Qué significa esta investigación para el paciente?

El paciente cuenta ahora con nuevas terapias que están a su disposición de forma personalizada, es decir que pueden adaptarse según el perfil de desarrollo del cáncer. Es indispensable comprender que el cáncer se desarrolla de diferentes maneras en cada individuo, en su dinámica y complejidad, presentando características que promueven el avance de la enfermedad. Estas características, entre otras, se relacionan al perfil genético del paciente, a las vías de control que se perturban y que causan una proliferación descontrolada, resistencia a la muerte celular y a la capacidad de evadir al sistema inmunitario.

Existen algunos tipos de cáncer que tienen mejor capacidad de responder a la inmuno-terapia, por ejemplo, se ha probado bastante en el melanoma y ha tenido un gran éxito. Pero, puede ser aplicado a otros tipos como cáncer al pulmón, Linfoma de Hodgkin, entre otros.
La capacidad para que este descubrimiento tenga éxito va a variar dependiendo de la persona. Estos son los tres aspectos más importantes analizados desde la parte científica que la investigación de ciencia básica ha logrado descubrir.

Es notable que la combinación de tratamientos anti-proliferativos, inductores de muerte celular, además de los propuestos por estos investigadores puede ser la mejor estrategia para frenar el desarrollo y ayudar a la eliminación de la enfermedad.

 

La terapia actual

La inmunoterapia es el hecho de poder modificar la función de las células del sistema inmune para que cumplan un mejor rol en su efecto defensivo en contra de las células cancerosas.

Existen varias maneras de aplicar la inmunoterapia de manera directa o en combinación, estos acercamientos dependen del tipo de cáncer. Para frenar la actividad de PD-1 existen dos anticuerpos monoclonales los más conocidos como nivolumab y pembrolizumab cuyos efectos han mostrado disminución del crecimiento del cáncer, incluso con mejores resultados que la quimioterapia o radioterapia en algunos casos. Nivolumab se usa para el tratamiento de melanoma avanzado, cáncer de pulmón, cáncer de las células escamosas de cabeza y cuello, carcinoma urotelial, entre otros. Pembrolizumab ha sido usado esencialmente en contra de melanoma. El inhibidor más conocido de CTLA-4 es ipilimumab, solo puede ser usado en contra del melanoma, también puede ser aplicado en combinación con nivolumab para tratar cáncer colorrectal y carcinoma de células renales, entre sus aplicaciones las más conocidas.

El futuro de la Inmunoterapia

El descubrimiento de los Nobels dio un giro a la terapia convencional en contra del cáncer. El futuro de esta, más allá de usar anticuerpos monoclonales para bloquear el adormecimiento del sistema inmune en contra del tumor, será el de educar a nuestras células inmunitarias para que lo combatan de manera precisa y con menos efectos secundarios. La terapia con las células T CAR (en inglés CAR T-cell therapy, CAR “chimeric antigen receptor”) está basada en el hecho de tomar a las células T del paciente y de cambiarlas en el laboratorio para que ataquen específicamente a las células cancerosas. Las células T son tomadas de la sangre del paciente, llevadas al laboratorio, luego se les inserta un gen que codifica para un receptor especial y exclusivo en contra de las células cancerosas. Ya educadas las células T, estas son cultivadas para tener una gran cantidad, y así ya siendo soldados especializados, son inyectadas de nuevo al paciente atacando de manera exitosa a las células de leucemia, por ejemplo.
Vivimos en una época de grandes descubrimientos, de la rotura de paradigmas. En el futuro definitivamente no habrá cáncer, sea por el avance de la inmunoterapia o de otras terapias o dado que simplemente se detendrá la degeneración celular por la edad y podremos detener las enfermedades que ocurren por el avance de la edad como el cáncer y otras.

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