El sismo que se registró la noche del jueves 6 de septiembre de 2018 tiene como origen el movimiento de subducción entre las placas oceánica de Nazca y la continental Sudamérica, este fenómeno está en correspondencia con la geodinámica regional y local. Tal es el caso que, en la provincia de Chimborazo se han registrado en los últimos 100 años, 16 eventos mayores a 4.5 Mw. Por lo cual, el evento acaecido la noche del pasado jueves se considera como uno de los de mayor magnitud junto a los registrados en esta provincia: el 28 de septiembre de 1906 (7.5 Mw) así como el del 4 de febrero de 1797 (8.3).
¿Qué es la subducción?
El fenómeno de subducción en Ecuador consiste en la convergencia entre las dos placas, lo cual forma un ángulo de buzamiento (ángulo de inclinación en el plano geológico), que es menor en la zona costera y aumenta conforme se introduce en el continente; esto determina que los eventos sísmicos en la Costa sean de tipo superficial y de mayor impacto (destructivo), mientras que en la Sierra/Oriente sean eventos intermedios (Ver figura). En la provincia de Chimborazo, la subducción se produce aproximadamente a 90 kilómetros de profundidad, esto ratifica que el sismo ocurrido el pasado día jueves (~75 km profundidad), sea un evento cuyo origen está asociado al proceso antes mencionado, la subducción.
En este sentido, la comunidad debe saber que el país se encuentra en una zona de alta sismicidad, es así que, en lo que va del año el Ecuador ha sido afectado por 109 eventos sísmicos mayores a 4 Mw. Ahora bien, nosotros como sociedad no hemos podido formar una cultura de prevención/reducción de riesgos y desastres, este enfoque establece que los desastres no son netamente de tipo natural, sino que son el producto de las relaciones existentes entre la estructura natural y la organización de la sociedad. Además, se ha podido evidenciar que, como sociedad no contamos con una “memoria histórica de los desastres”, por lo cual ciertos eventos de gran magnitud que han provocado pérdidas tanto humanas, sociales como de tipo económico, si bien han generado conmoción en el corto plazo, no han logrado aún la implementación de una verdadera cultura de prevención, acción y recuperación.
Por lo tanto, una de las acciones iniciales en este ciclo de gestión, es precisamente estudiar y conocer el riesgo y por ende la peligrosidad y vulnerabilidad del sector. Aquí lo fundamental para reducir el riesgo es trabajar sobre la reducción de la vulnerabilidad, es decir, lograr que las edificaciones sean seguras. Ecuador actualmente cuenta con una norma de construcción, la misma que establece parámetros mínimos para edificar estructuras seguras ante eventos sísmicos. En este contexto, los gobiernos locales son las entidades que tienen la potestad para hacer cumplir estas disposiciones, no obstante lo común es observar que, en obra, la normativa no sea aplicada. Por ello, el primer paso debería ser que los municipios tengan control real de las construcciones y, los propietarios una cultura sísmica y que conozcan el nivel de riesgo del lugar en el que viven.
Finalmente, es importante destacar que si bien, son las instituciones gubernamentales y académicas aquellas que tienen la responsabilidad de identificar los riesgos y factores que conducen a los desastres, y posteriormente decidir sobre el tipo de intervención a realizarse para asegurar una adecuada gestión; es el proceso de colaboración entre profesionales, gestores, autoridades locales, nacionales y regionales así como la comunidad en general, la que determina que los desastres tengan un menor impacto y la comunidad afectada un mayor nivel de resiliencia.
Así también, debo resaltar que de manera personal, considero que la decisión gubernamental de fusionar la Secretaría de Gestión de Riesgos con el Ministerio de Defensa no es una decisión acertada. Pues es la SGR, la institución que actualmente lidera las acciones para garantizar la seguridad de la colectividad frente a cualquier desastre que se lleve a cabo en el territorio ecuatoriano, sea un evento sísmico, inundaciones, deslizamientos, eventos volcánicos etc., somos un país en donde las amenazas son constantes por lo tanto debe existir un institución que responda y de soluciones reales y eficientes frente a esta situación. Además la política debería estar orientada a fortalecer la institucionalidad para contar con técnicos cada vez más capacitados. Una vez que se hizo el esfuerzo de crear un organismo sería un retroceso desaparecerlo o reducirlo.