El VAR fue decisivo para el agónico triunfo de España ante Irán, su primera victoria en el Mundial de Rusia. El tanto llegó gracias a un gol de rebote de Diego Costa.
Pasado el primer cuarto de hora, España tenía el 80 % de la pelota y ningún tiro a puerta. Los iraníes además de defender resultaban protestones, pegajosos y tenían mucho cuidado de hacer las faltas antes del borde del área. Así, Silva pudo lanzar una pero desde lejísimos.
Según AS, España avanzaba por su eje natural, el triángulo Alba, Isco, Iniesta, y se incorporaba felizmente Silva aportando amago de disparo, una refrescante diagonal y una mínima activación del lado derecho, que España tiene adormecido.
España acabó el primer tiempo con algo de deseperación. Había tirado una sola vez entre palos y Silva lo volvía a intentar al final con un tiro que desvió un defensa. Irán se estaba convirtiendo en una auténtica prueba cultural para el juego español. Era un ejemplo apasionado de abnegación defensiva.
En el segundo tiempo, España abrió más su juego, pisaba más las bandas pero no podía haber alegría porque inmediatamente respondió Irán con un chut aun más peligroso de Ansarifard.
El tanto de Diego Costa, de fortuna con la rodilla tras despeje del rival, fue el castigo con el que el destino respondió un planteamiento ultra defensivo de Irán que se le atragantó a España, que pone luz a su camino en el Mundial de Rusia 2018 y se jugará el liderato de grupo ante una Marruecos ya eliminada.
En una jugada a balón parado marcó poco después Irán (Ezatolahi) en fuera de juego que tuvo que ver el VAR. Se vio qué tensa espera se produce mientras decide. Los árbitros no saben dónde mirar.