Ya son más de 30 los muertos y lamentablemente las protestas en Venezuela no han servido para lograr los objetivos propuestos por el pueblo venezolano. En ese país sigue predominando la voluntad del dictador, pese al enorme sacrificio humano, por el apoyo de las Fuerzas Armadas y de los cuerpos de seguridad lanzados contra los manifestantes. Con estos defendiendo al régimen, ¡va a ser difícil!
Es por ese apoyo que Nicolás Maduro se atreve a un absurdo tal como llamar a una Asamblea Constituyente que si bien es un camino constitucional, pierde su sentido por la forma como se plantea integrarla.
La Asamblea Nacional Constituyente es una toma dictatorial del poder, más franca y abierta. Antes por lo menos se respetaba el Origen de Maduro como presidente electo por medio de la soberanía popular ejercida con el voto, pero ahora se convoca una llamada Constituyente, ¿con qué fin?
La Constituyente, a pesar de aparecer reseñada en el texto constitucional en los artículos 347, 348 y 349, es un proceso que está siendo violentado profundamente. Lo que pide el pueblo venezolano son elecciones libres y que se respete la voluntad popular de esas elecciones
Maduro quiere institucionalizar un modelo como el de Cuba y ha sido lamentable también el papel del Consejo Nacional Electoral de ese país
Maduro quiere institucionalizar un modelo como el de Cuba, nación que utilizó las armas para salir de la dictadura repudiable de Fulgencio Batista. Ahí desapareció la democracia como sistema; sin embargo, existe cierto respeto por ese modelo por varias razones y una de ellas es que en Cuba no se ha llegado a los elevados casos de corrupción como los de Venezuela. Son diferencias claras, pero el modelo que Maduro quiere copiar tiene una sola intención: montar un régimen que dure por los siglos de los siglos.