Un informe regional publicado esta semana señala que Quito se encuentra en desventaja frente a Bogotá y Lima en varios indicadores clave de competitividad e inversión. Aunque la capital ecuatoriana cuenta con fortalezas en calidad de vida y potencial turístico, su crecimiento económico muestra señales de estancamiento en comparación con sus pares latinoamericanas.
Según el estudio, Bogotá se consolida como un polo de innovación y desarrollo empresarial, con un ecosistema tecnológico en expansión y políticas de captación de inversión extranjera más agresivas. Lima, por su parte, destaca por su infraestructura logística, su mayor volumen de comercio exterior y la evolución de su sector corporativo.
Los expertos advierten que en Quito persisten obstáculos estructurales: trámites excesivos, baja digitalización gubernamental, costos elevados para emprender, inseguridad y un marco regulatorio que desalienta inversiones de largo plazo. La falta de grandes proyectos de infraestructura en la última década también influye en su menor competitividad regional.
El informe enfatiza la necesidad de políticas públicas centradas en atraer inversión, mejorar el transporte urbano, fortalecer la seguridad ciudadana y promover sectores estratégicos como tecnología, servicios, energías limpias y economía creativa. Además, sugiere una alianza más fuerte entre el sector público y el privado para estimular el crecimiento.
La comparación con Bogotá y Lima no pretende desestimar los avances de Quito, sino advertir que la ciudad requiere una estrategia más clara y sostenida para recuperar dinamismo económico en un contexto regional cada vez más exigente.
Relevancia para Ecuador
La competitividad de Quito influye directamente en el clima de inversiones del país y en la generación de empleo. Un rezago prolongado podría limitar oportunidades para nuevos negocios, reducir ingresos fiscales y debilitar la posición económica nacional.
Foto de portada: Vista panorámica del sector financiero de Quito, uno de los indicadores analizados en rankings de competitividad.
Crédito: Archivo de Dialoguemos.ec

