El Gobierno ecuatoriano prevé una reducción significativa en el subsidio al diésel para 2026, que pasará de más de 800 millones de dólares en años anteriores a solo 191 millones, según la proforma presupuestaria enviada a la Asamblea Nacional. Esta medida busca reducir la presión fiscal y destinar más recursos a salud, educación y programas sociales.
El ajuste forma parte de una estrategia de “focalización inteligente” que eliminará progresivamente los beneficios para sectores que no los requieren. Sin embargo, gremios de transporte y producción han advertido posibles incrementos en los costos operativos y en el precio final de los productos.
Economistas sostienen que la eliminación gradual de los subsidios es necesaria para equilibrar las cuentas del Estado, aunque debe acompañarse de compensaciones efectivas para los sectores más vulnerables. El Gobierno ha reiterado que la prioridad es mantener la estabilidad macroeconómica y fortalecer los programas sociales.
Relevancia para Ecuador:
El debate sobre los subsidios es uno de los más sensibles en la política nacional. La reducción del gasto en combustibles refleja un giro hacia una economía más sostenible, pero también puede generar tensiones sociales si no se implementan mecanismos de compensación adecuados.
Fotografía de portada: Transporte pesado y maquinaria agrícola son los principales beneficiarios del subsidio al diésel.
Crédito: El Universo / Archivo

