Aunque representan menos del 0,02 % de la corteza terrestre, las tierras raras se han vuelto indispensables en la economía del siglo XXI. Estos 17 elementos químicos —entre ellos el neodimio, el lantano y el disprosio— se utilizan para producir imanes potentes, baterías recargables, pantallas, motores eléctricos y sistemas de defensa.
China concentra más del 70 % de la producción mundial, lo que ha generado una competencia geopolítica con Estados Unidos y Europa por asegurar el suministro. Diversos países latinoamericanos, entre ellos Brasil, Chile y Bolivia, estudian formas de aprovechar sus reservas para diversificar sus economías.
Los analistas advierten que la transición hacia energías limpias y la expansión tecnológica harán que la demanda de estos materiales se dispare en la próxima década. Expertos recomiendan que Ecuador observe esta tendencia y evalúe sus potenciales recursos minerales estratégicos.
Relevancia para Ecuador:
El país podría beneficiarse explorando su potencial minero responsable y sostenible, vinculando universidades, centros tecnológicos y empresas en una cadena de valor verde. Comprender la relevancia de las tierras raras es clave para no quedar rezagado en la transformación energética global.
Imagen de portada: Las tierras raras son esenciales para la fabricación de autos eléctricos, turbinas eólicas, imanes y chips, y su control se ha convertido en una competencia estratégica entre potencias.
Crédito: Imagen generada por IA para Dialoguemos.ec

