El gobierno de Albania se convirtió en el primero del mundo en designar a una inteligencia artificial como ministra. El sistema, llamado Diella —que significa “sol” en albanés—, asumirá la cartera de Contrataciones Públicas, un área históricamente sensible por los riesgos de corrupción en licitaciones estatales.
Desarrollada por la Agencia Nacional de Sociedad de la Información, Diella ya funcionaba como asistente digital en la plataforma e-Albania, atendiendo consultas ciudadanas y facilitando trámites. Ahora, mediante un decreto del primer ministro Edi Rama, se le ha otorgado el mandato de supervisar y evaluar los procesos de adjudicación, con la promesa de que estos sean “100 % transparentes y libres de corrupción”.
La iniciativa ha generado entusiasmo e inquietud. Para sus promotores, se trata de un paso histórico hacia un modelo de gobernanza digital que podría servir de ejemplo en la Unión Europea. Críticos, en cambio, advierten que los algoritmos no son infalibles y que siempre existe el riesgo de sesgos, fallos técnicos o manipulación. También cuestionan si un ente no humano puede ejercer funciones políticas con plena legitimidad constitucional.
Pese a la polémica, el experimento de Albania podría marcar el inicio de una nueva era en la relación entre inteligencia artificial y poder político, planteando preguntas profundas sobre el equilibrio entre eficiencia tecnológica y control democrático.
Relevancia para Ecuador: La decisión de Albania abre un debate global sobre el uso de inteligencia artificial en funciones públicas. Para Ecuador, país que busca modernizar sus instituciones y transparentar procesos, la experiencia albanesa ofrece lecciones valiosas sobre el potencial y los límites de la tecnología en la gestión del Estado.