El salario mínimo en Venezuela, fijado oficialmente en 130 bolívares desde marzo de 2022, se ha depreciado hasta equivaler a un dólar al tipo de cambio oficial. Este desplome refleja la profunda crisis económica que atraviesa el país, marcada por hiperinflación, devaluación de la moneda y caída del poder adquisitivo.
Sindicatos y organizaciones sociales denuncian que millones de trabajadores viven en condiciones de pobreza extrema, obligados a buscar ingresos adicionales o depender de ayudas familiares desde el exterior. La canasta básica alimentaria supera los 500 dólares mensuales, lo que deja en evidencia la incapacidad del salario mínimo para cubrir las necesidades esenciales.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha defendido que la estabilidad de la moneda requiere ajustes graduales, pero la situación ha generado protestas y demandas de aumentos salariales urgentes. Organismos internacionales advierten que la crisis laboral y social podría profundizar la migración masiva hacia otros países de la región.
Relevancia para Ecuador:
Ecuador es uno de los principales destinos de migrantes venezolanos. El deterioro económico en Venezuela podría intensificar los flujos migratorios, con impactos en los servicios públicos, el mercado laboral y la política social ecuatoriana.