Noland Arbaugh, el primer paciente humano en recibir un implante cerebral desarrollado por Neuralink, experimentó un fallo significativo en el dispositivo que le permitía controlar una computadora con su pensamiento. La compañía, fundada por Elon Musk, informó que el chip dejó de transmitir parte de las señales neuronales, lo que redujo notablemente su funcionalidad.
Neuralink aseguró que trabaja en una solución técnica y que el paciente sigue colaborando en el programa. El caso ha reavivado el debate sobre los riesgos de los implantes cerebrales, el grado de preparación de esta tecnología para su uso masivo y la necesidad de regulaciones más estrictas en el campo de la neurociencia aplicada.
Este primer gran tropiezo ocurre en un momento en que varias empresas compiten por liderar la interfaz cerebro-computadora, una tecnología con potencial para tratar enfermedades neurológicas, restaurar la movilidad y mejorar capacidades cognitivas.
Relevancia para Ecuador:
Si bien es un hecho ocurrido fuera del país, la innovación en neurotecnología tiene implicaciones globales. Ecuador podría beneficiarse en el futuro de avances médicos de este tipo, pero también debe seguir de cerca los riesgos éticos, médicos y regulatorios que conllevan.