Con el respaldo de una mayoría oficialista, El Salvador aprobó una polémica reforma constitucional que elimina el límite a las reelecciones presidenciales, abriendo la puerta a que el presidente Nayib Bukele y sus sucesores puedan permanecer indefinidamente en el poder.
El gobierno justificó la medida como una respuesta a la voluntad popular, pero críticos nacionales e internacionales advierten que se trata de un grave retroceso democrático. Organismos como Human Rights Watch y la CIDH expresaron su alarma ante lo que consideran un proceso acelerado, sin debate suficiente ni consulta ciudadana.
La reforma fue aprobada en segunda vuelta por 67 votos a favor en la Asamblea Legislativa, y se aplicará desde las próximas elecciones de 2027. El oficialismo ya celebra la posibilidad de prolongar su “proyecto de nación”, mientras la oposición denuncia un “golpe constitucional”.
Relevancia para Ecuador:
Este caso refuerza el debate regional sobre los límites del poder presidencial. En Ecuador, la institucionalidad democrática aún enfrenta desafíos similares y requiere vigilancia activa para evitar tendencias autoritarias.