Desde el colapso de la cascada San Rafael en febrero de 2020, el río Coca viene sufriendo erosión regresiva que ha recorrido más de 14 km hacia la toma de agua de la planta Coca Codo Sinclair, la de mayor potencia en Ecuador. Informes de Celec y la CERC indican que el frente erosivo está a apenas 4,7 km en abril de 2025. En los últimos cinco años, ha destruido puentes, caminos, oleoductos SOTE y OCP, y ha obligado a suspender bombeo de crudo, generando pérdidas millonarias. Las lluvias intensas recientes han acelerado el proceso.
Este fenómeno no solo amenaza infraestructura, sino también comunidades ribereñas, cultivos y reservas naturales, agravando el riesgo climático. Se han planteado muros de contención, desvíos del cauce y cierre temporal de operaciones petroleras, sin resultados definitivos.
Relevancia para Ecuador:
- Energía: La captación de Coca Codo, clave para el 30 % de la matriz eléctrica, está en riesgo, y su fallo implicaría apagones y mayor costo energético.
- Sector petrolero: El cierre de oleoductos detona pérdidas en exportaciones de crudo.
- Infraestructura: Carreteras y puentes afectados dañan interconectividad Amazonía-Sierra.
Medio ambiente: Se desencadena mayor vulnerabilidad ecológica e impacto social en comunidades indígenas.