El desencuentro comenzó cuando Musk criticó con dureza el proyecto de ley presupuestaria “One Big Beautiful Bill” en el Senado. Según él, el plan recorta sustancialmente los incentivos para vehículos eléctricos (EV), lo que calificó de “insano”. Trump respondió atacando a Musk en Truth Social, acusándolo de haber recibido subsidios excesivos y sugiriendo revisar su ciudadanía.
Además, amenazó con eliminar los contratos y subvenciones de Tesla y SpaceX. Las acciones de Tesla bajaron un 5–7 % en pocos días, intensificando la volatilidad en el sector tecnológico. Analistas advierten que, aunque la disputa daña a Tesla, ambos líderes se necesitan mutuamente en políticas tecnológicas.
Esta guerra política amenaza con recortes definitivos a subsidios EV y la paralización de contratos públicos, lo que podría debilitar la confianza empresarial.
Para Ecuador, esto implica riesgos financieros (volatilidad de mercados), menor impulso global a tecnologías limpias, y una posible retracción en acuerdos comerciales si EE. UU. adopta medidas más proteccionistas.