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Europa a oscuras: un apagón masivo paraliza España y Portugal durante más de diez horas

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Una gran parte del suroeste de Europa vivió este lunes una jornada caótica tras registrarse un apagón eléctrico masivo que dejó a oscuras a España y Portugal durante más de diez horas. El colapso energético afectó a millones de ciudadanos, paralizó infraestructuras clave y puso a prueba la capacidad de respuesta de ambos gobiernos frente a una crisis inesperada.

Según fuentes del Operador del Sistema Eléctrico (REE), el corte se originó por una falla en la red interconectada europea, aparentemente derivada de un problema técnico en una subestación crítica ubicada en el sur de Francia. La interrupción desencadenó una reacción en cadena que desconectó partes esenciales de la red en la Península Ibérica. Aunque no se ha confirmado un sabotaje ni ataque cibernético, autoridades no descartan ninguna hipótesis y se ha abierto una investigación conjunta con la Agencia de Cooperación de los Reguladores de Energía de la UE.

Las consecuencias fueron inmediatas: trenes detenidos a mitad de recorrido, semáforos fuera de servicio, hospitales funcionando con generadores de emergencia y millones de personas sin acceso a internet ni cobertura móvil. En Madrid, Barcelona, Lisboa y Oporto, las estaciones de metro colapsaron y cientos de vuelos sufrieron retrasos o cancelaciones por problemas en los sistemas de navegación y comunicación.

Las autoridades activaron planes de contingencia y declararon el estado de alerta energética. El suministro fue restablecido de forma progresiva a partir de las 2:00 de la madrugada, aunque en algunas regiones rurales la reconexión demoró hasta la mañana siguiente. No se reportaron víctimas mortales, pero sí varios heridos leves por accidentes de tráfico y caídas debido a la falta de visibilidad.

El apagón ha reabierto el debate sobre la vulnerabilidad del sistema eléctrico europeo, en especial frente a posibles amenazas cibernéticas y al creciente peso de las energías renovables, que aunque sostenibles, dependen de una infraestructura tecnológica aún frágil ante eventos extremos.

Se espera que en los próximos días se emita un informe oficial con las causas y responsabilidades del suceso. Mientras tanto, expertos y ciudadanos coinciden: Europa necesita fortalecer su red eléctrica para afrontar con mayor solidez los desafíos del siglo XXI.

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