Los científicos recibieron una señal de la sonda solar Parker, cuya misión es estudiar la atmósfera del Sol, justo antes de las cinco de la mañana (GMT) de este viernes después de haber estado fuera de comunicación durante varios días.
La NASA dijo que la sonda estaba “segura” y operaba normalmente después de pasar a sólo 6,1 millones de kilómetros de la superficie solar.
“Este estudio de cerca del Sol permite a la sonda Parker tomar medidas que ayudan a los científicos a comprender mejor cómo el material en esta región se calienta a millones de grados, rastrear el origen del viento solar (un flujo continuo de material que escapa del Sol) y descubrir cómo las partículas energéticas se aceleran hasta casi la velocidad de la luz”, describió la agencia.
La sonda se sumergió en la atmósfera exterior del Sol en la noche del 24 de diciembre, soportando temperaturas brutales y una radiación extrema en un intento por mejorar la comprensión de cómo funciona nuestra estrella.
“Durante siglos, la gente ha estudiado el Sol, pero no experimentamos la atmósfera de un lugar hasta que lo visitamos”, le había dicho a la BBC Nicola Fox, jefa de ciencia de la NASA esta semana.
“Por lo tanto, no podemos experimentar realmente la atmósfera de nuestra estrella a menos que volemos a través de ella”, añadió.
La sonda solar Parker fue lanzada en 2018 y se dirige al centro de nuestro Sistema Solar.
Ya ha pasado 21 veces por el Sol y se está acercando cada vez más, pero la distancia que alcanzó este viernes es un récord.
Puede que no parezca tan cerca, pero Fox lo explica de esta manera: “Estamos a 150 millones de kilómetros del Sol, así que si coloco el Sol y la Tierra a un metro de distancia, la sonda solar Parker está a cuatro centímetros del Sol. Eso es muy cerca”.
La sonda ha tenido que soportar temperaturas de 1.400 °C y una radiación que podría dañar la electrónica de a bordo.
Pero está protegida por un escudo de compuesto de carbono de 11,5 cm de espesor.
De acuerdo a lo señalado por la NASA, la sonda se ha movido más rápido que cualquier objeto creado por el hombre, alcanzando una velocidad de unos 690.000 kilómetros por hora, el equivalente a volar de Londres a Nueva York en menos de 30 segundos.
Los científicos esperan que, a medida que la nave espacial pase a través de la atmósfera exterior de nuestra estrella -su corona-, resuelva un antiguo misterio.
“La corona está muy, muy caliente, y no tenemos ni idea de por qué”, explica Jenifer Millard, astrónoma de Fifth Star Labs.
“La superficie del Sol está a unos 6.000 °C aproximadamente, pero la corona -esa tenue atmósfera exterior que se puede ver durante los eclipses solares- alcanza millones de grados. ¿Cómo se está calentando esa atmósfera?”
Clima espacial
La misión también debería ayudar a los científicos a comprender mejor el viento solar, el flujo constante de partículas cargadas que brotan de la corona.
Cuando estas partículas interactúan con el campo magnético de la Tierra, el cielo se ilumina con deslumbrantes auroras.
Pero este llamado clima espacial también puede causar problemas, destruyendo redes eléctricas, sistemas electrónicos y de comunicación.
“Comprender el Sol, su actividad, el clima espacial, el viento solar, es muy importante para nuestra vida cotidiana en la Tierra”, afirma Millard.
Los científicos de la NASA se enfrentaron a una espera ansiosa durante los días que la nave espacial perdió contacto con la Tierra.
Antes del momento crítico, Fox había expresado su fe en la nave.
“Me preocupa la sonda espacial. Pero realmente la hemos diseñado para soportar todas estas condiciones brutales. Es pequeña pero muy, muy resistente”.
Texto original de BBC Mundo