La organización Human Rights Watch (HRW) instó este martes a las nuevas autoridades sirias a que tomen medidas urgentes para asegurar y preservar las pruebas físicas en el país de graves crímenes internacionales cometidos por miembros del anterior gobierno de Bachar al Asad, tras encontrar decenas de restos humanos en una fosa común.
«Sin esfuerzos sirios e internacionales inmediatos para asegurar y preservar los probables sitios de crímenes masivos para exhumaciones coordinadas e investigaciones forenses, existe un grave riesgo de que se pierdan pruebas críticas para la rendición de cuentas», afirmó en un comunicado la investigadora principal de Oriente Medio y el Norte de África de HRW, Hiba Zayadin.
La ONG visitó una fosa común en el barrio de Tadamon, en el sur de Damasco, los días 11 y 12 de diciembre de 2024, y encontró decenas de restos humanos tanto en el lugar de una masacre de abril de 2013 -que mostraba ejecuciones sumarias por parte de fuerzas gubernamentales sirias y milicias afiliadas- así como esparcidos por el barrio circundante.
«Las autoridades sirias de transición deben tomar medidas urgentes para asegurar y preservar las pruebas físicas en todo el país de graves crímenes internacionales cometidos por miembros del anterior gobierno», indicó.
Los investigadores rememoraron los últimos momentos de las 11 víctimas con los ojos vendados que aparecen en el vídeo, a las que dispararon a quemarropa y empujaron a la fosa excavada a máquina, junto a los cadáveres de otras 13 personas.
En el lugar, los investigadores encontraron restos humanos, incluidos dientes y huesos del cráneo, la mandíbula, la mano y la pelvis en el suelo y en una bolsa recogida por los residentes. También hay restos humanos esparcidos por el suelo de edificios próximos a la fosa común, lo que lleva a los investigadores a concluir que lo más probable es que otras personas fueran asesinadas o enterradas en el mismo lugar, según HRW.
Los residentes en Tadamon, de acuerdo a la ONG, afirmaron que las ejecuciones en la zona eran habituales. En entrevistas realizadas en 2022, describieron al menos otros 10 incidentes de ejecuciones sumarias entre agosto de 2012 y enero de 2014 en Tadamon, Daraya, Moadamiya y zonas circundantes.
La zona fue escenario de enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales sirias y combatientes de la oposición afiliados al Ejército Libre Sirio en numerosos puntos entre 2012 y 2013.
El gobierno del derrocado presidente Bachar al Asad utilizó homicidios sumarios junto con otras tácticas ilegales, como detenciones arbitrarias, ataques indiscriminados y hambruna, para desplazar por la fuerza a residentes de zonas controladas por la oposición, recordó HRW.
Después de que el anterior gobierno retomara en 2018 muchas de las antiguas zonas controladas por la oposición, diseñó y aplicó políticas que le permitían de hecho impedir que las personas que consideraba opositoras regresaran a sus hogares, aseveró.
Las ejecuciones extrajudiciales y las ejecuciones sumarias son violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos y pueden constituir crímenes de lesa humanidad cuando se llevan a cabo de forma sistemática o generalizada como política de Estado, señaló HRW.
La organización explicó que el acceso a las garantías procesales y a juicios justos para los presuntos autores de la matanza de Tadamon es «vital», por lo que las autoridades de transición deben garantizar el acceso sin trabas a observadores independientes que puedan ayudar a preservar las pruebas, como el Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente para Siria y la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas sobre Siria.
«Las autoridades sirias de transición también deben cooperar con el Comité Internacional de la Cruz Roja, que puede proporcionar conocimientos y apoyo fundamentales para salvaguardar estos registros con vistas a ayudar a esclarecer lo ocurrido a las personas desaparecidas y permitir así que las familias, sumidas en una incertidumbre atroz durante años, si no décadas, obtengan respuestas», concluyó. EFE