En la vasta inmensidad del cosmos, los cometas oscuros emergen hoy como una de las categorías más intrigantes y desconcertantes de cuerpos celestes. Estos objetos, que se asemejan a los asteroides en apariencia pero se comportan como cometas, desafían las clasificaciones tradicionales de la astronomía.
El reciente descubrimiento de 7 nuevos cometas oscuros, anunciado en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, no solo duplica la cantidad conocida de estos misteriosos objetos, sino que también abre una nueva ventana de preguntas sobre su origen, composición y comportamiento.
Con 14 cometas oscuros identificados hasta ahora, los astrónomos comenzaron a clasificar patrones que permiten dividirlos en dos grupos principales. Este hallazgo representa un avance significativo en el estudio de los límites entre asteroides y cometas, y podría tener implicaciones clave para entender el origen de nuestro sistema solar e incluso la vida en la Tierra.
¿Qué son los cometas oscuros?
Los cometas oscuros son cuerpos celestes que combinan características de asteroides y cometas. A diferencia de los cometas tradicionales, no presentan las icónicas colas brillantes causadas por la desgasificación de hielo al acercarse al Sol. Sin embargo, exhiben una aceleración no gravitacional, un fenómeno típico de los cometas debido a la expulsión de material volátil de su superficie.
“Cuando se observa ese tipo de perturbación en un objeto celeste, normalmente significa que se trata de un cometa, con material volátil desgasificándose desde su superficie, lo que le da un pequeño impulso”, explicó el astrofísico Davide Farnocchia, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Lo que diferencia a los cometas oscuros es que esta desgasificación es imperceptible, haciendo que su apariencia sea similar a la de un asteroide ordinario.
El concepto de los cometas oscuros comenzó a tomar forma en 2016, cuando se observó que el objeto conocido como 2003 RM mostraba un movimiento anómalo inexplicable por fenómenos convencionales. Un año después, el misterioso objeto interestelar ‘Oumuamua mostró un comportamiento similar, intensificando el interés científico en esta categoría emergente.
El reciente hallazgo de 7 nuevos cometas oscuros eleva el total conocido a 14, lo permite a los astrónomos identificar patrones y dividir estos objetos en dos familias distintas:
-Cometas oscuros exteriores:
- Residen en el sistema solar exterior, en regiones dominadas por los gigantes gaseosos.
- Son más grandes, con diámetros de cientos de metros o más.
- Tienen órbitas altamente excéntricas, similares a las de los cometas de la familia Júpiter.
-Cometas oscuros interiores
- Habitan en el sistema solar interior, en órbitas cercanas a Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
- Son más pequeños, con diámetros de decenas de metros.
- Sus trayectorias son más circulares, asemejándose a las órbitas de los planetas interiores.
El descubrimiento de estas dos familias plantea nuevas preguntas sobre cómo llegaron estos objetos a sus ubicaciones actuales. Los cometas oscuros exteriores probablemente se formaron más allá de la “línea de nieve”, una región en el Sistema Solar temprano donde las bajas temperaturas permitieron la formación de hielo. Esto sugiere que podrían contener agua helada bajo su superficie.
Por el contrario, los cometas oscuros interiores parecen haberse originado en regiones más cálidas, dentro de la línea de nieve. Para explicar su aceleración no gravitacional, los investigadores creen que también deben contener hielo, aunque en cantidades limitadas. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que los cometas oscuros podrían haber jugado un papel crucial en el transporte de agua y compuestos orgánicos esenciales a la Tierra durante su formación.
“Los cometas oscuros son una nueva fuente potencial de material que trajo a la Tierra, necesario para el desarrollo de la vida”, afirmó Darryl Seligman, investigador principal del estudio.
Entre asteroides y cometas: categorías que se desdibujan
La distinción entre asteroides y cometas comenzó a desvanecerse con el descubrimiento de nuevas categorías de objetos híbridos. Mientras que los cometas del cinturón principal son asteroides que desarrollan colas similares a las de los cometas, los cometas oscuros representan el fenómeno inverso: asteroides que muestran comportamientos característicos de cometas sin exhibir colas visibles.
Estos solapamientos han llevado a los astrónomos a cuestionar las definiciones tradicionales y a buscar una comprensión más matizada de la evolución y dinámica de estos objetos celestes.
El hallazgo de los cometas oscuros plantea una serie de interrogantes que los investigadores esperan abordar en futuras investigaciones:
- ¿Cómo se formaron estas dos familias de cometas oscuros? Las trayectorias y composiciones de estos objetos sugieren que podrían haberse originado en diferentes regiones del sistema solar, pero los procesos exactos siguen siendo desconocidos.
- ¿Qué cantidad de agua helada contienen? La presencia de hielo en estos objetos podría ser clave para explicar su aceleración no gravitacional y su potencial papel en la formación de planetas y vida.
- ¿Qué tan comunes son en el sistema solar? Según el equipo de Seligman, hasta el 60% de los objetos cercanos a la Tierra podrían ser cometas oscuros, lo que subraya su relevancia en el estudio de nuestro entorno espacial inmediato.
El estudio de los cometas oscuros no solo amplía nuestra comprensión de las categorías de cuerpos celestes, sino que también podría ofrecer pistas valiosas sobre la dinámica del sistema solar temprano.
Si estos objetos desempeñaron un papel en el transporte de agua y compuestos orgánicos a la Tierra, podrían ser clave para entender cómo se formaron las condiciones necesarias para la vida.
Además, el análisis de sus trayectorias y composiciones podría mejorar nuestra capacidad para monitorear y predecir el movimiento de objetos cercanos a la Tierra, lo que tiene implicaciones importantes para la protección planetaria.
En el futuro, nuevas misiones espaciales y telescopios avanzados como el James Webb podrían permitir observaciones más detalladas de estos objetos, revelando datos críticos sobre su origen, estructura y composición.
El descubrimiento de los 7 nuevos cometas oscuros representa un avance significativo en la astronomía moderna, pero también resalta cuán poco sabemos sobre las dinámicas del sistema solar y los procesos que moldearon su formación.
“Los cometas oscuros son una nueva fuente potencial de haber traído a la Tierra los materiales necesarios para el desarrollo de la vida. Cuanto más sepamos sobre ellos, mejor podremos entender su papel en el origen de nuestro planeta”, concluyó Seligman.
Texto original de Infobae