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El desarrollo sustentable se escribe con H[1]

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Decimos que la letra H es muda, pero creo que nos equivocamos de cabo a rabo. La letra H según la RAE, en la lengua estándar actual no representa sonido alguno, si bien aspira en determinadas voces extranjeras o es rasgo dialectal en otras. Como no tiene su sonido propio, está hecha para acompañar, para juntarse, para unir, para sacar sonidos nuevos, para resaltar valores, cosas importantes y cosas trascendentales. No es simple, es muy importante su rol, su participación, su uso cotidiano.

Sin embargo, somos testigos de cambios drásticos en el convivir, en la forma de relacionarnos, incluyendo ajustes en el léxico, como la LL y la CH. Pero no podemos dejar de usar la letra H, en sus diversas conformaciones. Ante la posibilidad de desaparecer la letra H, el mundo completo ha cambiado, está cambiando y cambiaría drásticamente. Me explico con ejemplos:

No hay Honestidad, hay Corrupción;

No hay Humanismo, hay Egoísmo;

No hay Humor, hay Crítica Destructiva;

No hay Hijos, hay parejas;

No hay Hermanos; hay Seguidores;

No hay Hogar, hay Vivienda;

No buscamos Hacer; buscamos Destruir;

No queremos Hablar, queremos Imponer;

No se captura a un Homicida; es un Presunto;

No hacemos Historias; Inventamos Cuentos.

Analicemos estas diez características de la sociedad actual, una por una:

HONESTIDAD – CORRUPCIÓN: todos los ciudadanos o su mayoría quieren hacer todo más rápido, quieren poseer bienes más pronto, el consumismo incide en su falta de honestidad y por ello caen en la trampa de las cosas mal hechas. Las nuevas generaciones deben estar comprometidas con la honestidad y pelearle a la corrupción con fuerza.

HUMANISMO – EGOÍSMO: ya no es imprescindible convivir, la sociedad se caracteriza por el egoísmo, las personas no buscan compartir, sino todo lo contrario, el individualismo prima. Tenemos que aprender a convivir y a compartir unos con otros.

HUMOR – CRÍTICA DESTRUCTIVA: nos estamos olvidando de reír, de reírnos de nosotros mismos. Criticamos todo, si lo hizo porque lo hizo y si no lo hizo por eso. La crítica es buena, necesaria, pero si es constructiva y para ello necesitamos pintar la vida de alegría con humor y risas.

HIJOS – PAREJAS: los jóvenes tienen sus preferencias entre las cuales tener hijos, no es una de ellas. Más bien buscan una pareja para crecer. Éste mundo necesita de niños con mentes abiertas como personas de bien, para repensar el concepto de convivencia. Sin ellos los esfuerzos serán mucho mayores. Dando ejemplo de ser personas de bien a los niños, nos seguirán y cambiarán el mundo.

HERMANO – SEGUIDOR: mientras más seguidores tenemos más importantes creemos ser. El trato de hermanos hace la diferencia, es más humano, no comercial, la hermandad nos une por un propósito superior, los seguidores por el éxito comercial.

HOGAR – VIVIENDA: luchamos por tener una solución de vivienda propia, no un hogar, con niños y mascotas si quieren. Los sentimientos humanos son indispensables para el calor de hogar donde pregone el respeto y el ejemplo. La pareja y los hijos fortalecen el hogar.

HACER – DESTRUIR: las personas le ponen mucha pasión a construir su vida, su imagen, su vivienda, su carrera a veces sin importar los medios utilizados para el logro. Seamos propositivos, busquemos sumar y no restar o destruir a quien sobresale.

HABLAR – IMPONER: los desacuerdos se resuelven dialogando, encontrando coincidencias, no discrepancias. Por ello, la imposición no es buena. Mientras más diálogo tengamos, más comprenderemos y mejores soluciones encontraremos.

HOMICIDA – PRESUNTO: todo ser humano es inocente hasta que se pruebe lo contrario. Pero una vez probado, se debe aplicar todo el peso de la ley para evitar la impunidad que nos consume. Es dar ejemplo a las nuevas generaciones de lo que es bueno y lo que es malo y de que hay procesos legales para diferenciarlo. Evitemos la discrecionalidad jurídica de la presunción generalizada como instrumento jurídico.

HISTORIAS – INVENTOS-CUENTOS: la historia lo juzgará dice el dicho popular. Sí, no vivamos de habladurías, confirmemos las versiones antes de hacerlas propias, dialoguemos, reflexionemos, eso es el camino para hacer historia.

Que tiene en común todas estas palabras: HONESTIDAD, HUMANISMO, HUMOR, HIJOS, HERMANO, HOGAR, HACER, HABLAR, HOMICIDAS, HISTORIA.

Primero todas empiezan con la letra H y segundo, la forma de arreglarlas o juntarlas nos permite construir una sociedad, una comunidad basada en principios.

Parece un rompecabezas, no es cierto. Intentemos armarlo, juntemos unas con otras y otras con unas.

Somos una sociedad que necesita el incentivo apropiado para promover el cambio, el salto cuántico hacia la convivencia, entre iguales, entre todos. Somos seres humanos que reflexionamos y por ello debemos retomar la letra H en nuestra vida, no descartarla, no sustituirla. Usemos todas esas palabras con H.

Un pueblo con historia y cultura es un pueblo honesto, seguro, más humano, que toma las dificultades con inteligencia y humor para resolverlas. El futuro depende de nuestros hijos, ellos construirán y consolidarán la comunidad más humana, sustentada en el trato como de hermano, sobre la base de hogares consolidados, que buscan construir y hacer, en lugar de destruir. Hogares y entornos donde hablar, dialogar facilita la comprensión y la búsqueda de soluciones. Así reduciremos tantos presuntos homicidios y homicidas, a todo nivel, evitando por todos los medios jurídicos, la impunidad. La historia nos dará la razón y se escribirán en sus páginas el salto cuántico del desarrollo sustentable de un pueblo que mantuvo la letra H en su concepción y funcionamiento.

Otra manera de armar el rompecabezas puede ser:

El humanismo de un pueblo sustentado en hablar y dialogar transparentemente, con dotes de humor, irradia honestidad pues busca hacer y construir en lugar de destruir. Estos principios y condiciones del desarrollo, fortalecen la noción de hogar, institución estructurada en la convivencia y buen trato como a hermano a cada persona y en hijos que han sido expuestos al ejemplo para diferenciar lo bueno de lo malo, evitando la impunidad de los homicidas y homicidios. Este pueblo humanista escribe su historia para beneficio de las generaciones futuras. Quienes se encargarán de reflexionar sobre las mejoras de bienestar por el solo hecho de mantener la letra H en su diario vivir.

 

[1] Tomando como referencia a, Jardiel Poncela Enrique. 1958. El amor se escribe sin Hache. Editora Latino Americana S.A. México.

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