Entre las hojas verdes y brillantes de los bosques tropicales de Centroamérica y Sudamérica, se encuentra un grupo de anfibios que parecen salidos de un cuento de ciencia ficción: las ranas de cristal. Estos pequeños animales, pertenecientes a la familia Centrolenidae, poseen una característica que los hace únicos en el reino animal.
Se trata de la capacidad de volverse casi invisibles durante el día, y esta increíble habilidad despertó el interés de la comunidad científica, que recientemente descubrió más detalles sobre su mecanismo de transparencia. Las ranas de cristal muestran una piel translúcida que permite ver con claridad su corazón, hígado y el intrincado sistema de intestinos. Sin embargo, el secreto de su invisibilidad radica en un sorprendente mecanismo biológico: cuando estos anfibios duermen, desvían cerca del 89% de sus glóbulos rojos hacia sacos especiales dentro del hígado, lo que las hace aún más transparentes. Como resultado, la luz se refleja de manera diferente, haciendo que la rana parezca prácticamente una extensión de la hoja sobre la que descansa.
Esta capacidad de camuflaje tiene un propósito crucial. Durante el día, mientras las ranas duermen en la parte inferior de hojas verdes, su transparencia les permite mezclarse con el entorno selvático y evitar la detección de posibles depredadores. Sus glóbulos rojos permanecen ocultos en el hígado, lo que reduce la cantidad de luz absorbida por su cuerpo y permite que la transparencia se incremente hasta tres veces. Sin embargo, por la noche, cuando las ranas están activas y necesitan moverse para cazar, reproducirse o cantar, los glóbulos rojos vuelven a circular por el cuerpo, perdiendo así gran parte de su transparencia.
Un reciente estudio publicado en la revista Science reveló este mecanismo que confiere invisibilidad a las ranas de cristal de la especie Hyalinobatrachium fleischmanni. Durante la investigación, se observó a estas ranas mientras dormían y se despertaban, descubriendo que su transparencia dependía directamente del movimiento de los glóbulos rojos dentro de su cuerpo. La razón por la que esta habilidad resulta tan sorprendente para los científicos radica en lo poco común que es la transparencia en vertebrados terrestres. Aunque existen numerosas criaturas acuáticas como el krill y las salpas que poseen transparencia, la complejidad de los tejidos de animales terrestres y la presencia de glóbulos rojos dificultan que estos desarrollen la misma capacidad. Por lo tanto, en la naturaleza, los tejidos absorben y dispersan la luz, lo que hace que alcanzar la transparencia requiera mecanismos muy especializados.
En este contexto, Jesse Delia, investigador del Museo Americano de Historia Natural y coautor del estudio, señala que el reto para lograr la transparencia radica en la presencia de glóbulos rojos que absorben gran parte de la luz. No obstante, las ranas de cristal logran solucionar este desafío “empaquetando” sus glóbulos rojos en el hígado, lo que les permite volverse prácticamente invisibles. Sin embargo, entender cómo funciona este mecanismo requirió el uso de una técnica avanzada conocida como microscopía fotoacústica.
Esta técnica de imagen permitió a los científicos detectar los glóbulos rojos gracias a las ondas sonoras que se generan cuando la luz es absorbida por los pigmentos de la sangre.
Además, la microscopía fotoacústica también permitió detectar la hemoglobina, la proteína encargada de transportar el oxígeno en la sangre. Las ranas dormidas mostraban un 96,6% menos de hemoglobina oxigenada en circulación en comparación con cuando estaban activas. Así, este descubrimiento se convierte en un avance importante en la comprensión del mecanismo de estos animales, al demostrar cómo logran mantener su camuflaje a lo largo del día.
La transparencia de las ranas de cristal se convierte en una herramienta vital para su supervivencia, ya que durante el día su camuflaje les permite pasar inadvertidas en su entorno y evadir a los depredadores. Mientras duermen, almacenan sus glóbulos rojos en el hígado, lo que hace que su cuerpo adquiera un aspecto fantasmagórico, casi como si estuviera vacío.
Este proceso permite que el plasma sanguíneo siga circulando sin la presencia visible de glóbulos rojos, logrando que el cuerpo de la rana refleje la luz verde de las hojas de la selva y se desvanezca ante los ojos de cualquier depredador. Sin embargo, es importante señalar que este fenómeno no se presenta en todos los individuos por igual. Durante la época de reproducción, las hembras reducen su capacidad de transparencia debido a la presencia de huevos, los cuales no poseen transparencia.
La capacidad de estas ranas para concentrar grandes cantidades de glóbulos rojos en el hígado sin que se produzca la formación de coágulos plantea la posibilidad de encontrar nuevas soluciones en el campo de la medicina.
Texto original de Infobae