Ecuador cuenta con pasto durante todo el año, pero la sequía de 2024 ha dejado a los pequeños ganaderos sin suficiente alimento para sus vacas. Esto ha provocado la pérdida de peso en los animales y una caída en la producción de leche.
La época seca, que normalmente dura dos meses, se extendió de junio a septiembre, combinándose con fuertes vientos y alta radiación solar. Como resultado, la cobertura vegetal se volvió marrón y pajiza.
La disminución en la producción de pasto es más evidente en áreas sin acceso a canales de riego, especialmente en colinas y montañas hasta 3 500 metros de altura. En contraste, en los valles, donde se concentra el 20% del riego del país, la situación es menos severa, según Gabriel Espinosa, presidente de la Asociación Ganadera de la Sierra y el Oriente (AGSO).
Normalmente, una vaca consume el 10% de su peso corporal en forrajes verdes, que contienen un 80% de agua. En épocas de producción, esta demanda aumenta en un 10% adicional.
Las vacas lecheras en los valles tendrán que esperar unos 45 días para que el pasto crezca nuevamente tras las lluvias. En las montañas, el proceso es más lento y puede tomar al menos dos meses. Algunos ganaderos creen que para recuperar el peso óptimo de sus animales se necesitarán hasta tres meses.
Más de 20 mil animales afectados, la producción de leche cayó 20%
Las provincias más afectadas por la pérdida de pasto son Azuay (27 247 hectáreas), Bolívar, Cotopaxi y Tungurahua. Pichincha no aparece en el reporte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) proporcionado a EL COMERCIO.
Hasta el 27 de septiembre de 2024, se han registrado 16 muertes de animales y 23 218 afectados por la sequía, de los cuales 17 380 son de Cotopaxi. En total, 4 576 ganaderos han visto afectada su producción, con pérdidas económicas superiores a los 365 mil dólares.
De acuerdo con la AGSO, la producción lechera bajó un 20%. Un ganadero con dos a cuatro vacas, que antes generaba ingresos de unos 600 dólares mensuales, ahora enfrenta una reducción de 120 dólares. En algunos casos, la caída puede ser del 50%.
Hasta 2023, la producción diaria de leche alcanzaba los 5,6 millones de litros, mayoritariamente en las provincias de la Sierra y Amazonía. Una vaca que consume pasto normalmente produce cerca de 15 litros al día, pero esa producción ha disminuido un 20%, según la Asociación.
Estrategias de los ganaderos frente a la crisis
Frente a la crisis del pasto, los pequeños ganaderos están comprando forraje, plátano, brócoli y granos como suplementos, lo que representa costos adicionales. Algunos ganaderos medianos cuentan con silos para almacenar ensilaje, lo que les permite conservar forrajes durante la sequía.
Otra estrategia es colocar a las vacas en un periodo seco de producción. Según Espinosa, esta opción puede extenderse hasta tres meses, pero después de ese tiempo, las pérdidas se vuelven significativas.
La producción de leche de Pablo Rodríguez, ganadero de Pujilí (Cotopaxi), cayó 50% por la falta de pastos para sus vacas y, pese a que contaba con reservas.
“En mi caso producía 250 litros diarios de leche pero con la sequía bajé a un promedio de 150. Si hay mucho sol las vacas se estresan y como no hay suficiente hierba no producen”.
Otros desafíos que afrontan los ganaderos
La caída en los precios de la leche durante las vacaciones escolares continúa tras el regreso a clases. Además, los ganaderos enfrentan el problema del ingreso de leche de mala calidad por las fronteras y la falta de control, lo que agrava sus pérdidas. En Ecuador, el consumo promedio de leche es bajo:114 litros anuales por persona, según la Federación Panamericana de Lechería.
Los ganaderos también se enfrentan a la presión de contar con pastos de calidad, lo cual depende de un adecuado sistema de riego. En Pujilí, Rodríguez utiliza bombas de diésel y electricidad para riego, pero los cortes de luz dificultan el mantenimiento de sus pastos y del resto de ganaderos.
La ayuda estatal resulta insuficiente
La asistencia estatal para los ganaderos es insuficiente. Esta actividad requiere reinversión constante y muchos productores necesitan capital fresco. Sin embargo, la banca privada ofrece créditos con tasas de interés que oscilan entre el 14% y el 16%, que los ganaderos consideran demasiado elevadas.
La banca estatal también ha fallado en satisfacer la demanda. Según el MAG, entre enero y agosto de 2024, se otorgaron créditos públicos a 29 646 beneficiarios, sumando 179,4 millones de dólares. De este total, el 30,8% fue para cultivos agrícolas, 29,5% para mejoras territoriales, 16,6% para ganadería porcina y 11,6% para pastos.
Por otro lado, la Reserva Estratégica Forrajera Nacional entregó 236 295 kilogramos de forraje a 1 270 pequeños y medianos productores. En Cotopaxi, se distribuyeron siete toneladas de ensilaje y se brindaron desparasitaciones y vitaminización a 1 000 animales.
En Bolívar y Cotopaxi se implementan sistemas de riego parcelario en 162 ha. También se diseñan proyectos de riego para organizaciones, con servicios gratuitos disponibles a través de las Direcciones Distritales del MAG. Además, se desarrollan reservorios y albarradas para ser usados por los GAD.
En Bolívar se entregaron 15 toneladas de alimento y se prevé continuar con la distribución de ensilaje en las próximas semanas. En Azuay, 220 productores han sido capacitados en conservación de suelos y uso eficiente del agua, además de recibir formación sobre la elaboración de suplementos nutricionales, produciendo 8 000 kilogramos y estableciendo silotanques para mejorar la alimentación animal.
Texto original de El Comercio