Washington (EFE).- La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, y su rival republicano, el expresidente Donald Trump, entre 2017y 2021, ultiman este lunes la preparación del debate electoral del martes, que será para ambos su primer cara a cara personal y político.
Y es que cuando la demócrata y el republicano entren en el plató del National Constitution Center de Filadelfia será la primera vez que se encuentran en persona y se dirijan el uno al otro.
Poco se sabe de cómo está preparando el debate Trump. Asesores del expresidente contaron a CBS News que, acostumbrado a los preparativos informales, ha estado revisando posiciones políticas con su equipo.
Trump dice que no necesita preparación frente a Harris
En una entrevista hace unos días con Good Morning New Hampshire, Trump se vanagloriaba de que no necesitaba mucha preparación ya que “se ha estado preparando” toda su vida para este debate, que llega en un momento en el que Harris está por delante en las encuestas.
Según la media nacional elaborada por el portal Five Thirty Eight, en el total del voto nacional la vicepresidenta está 2,8 puntos por delante de Trump, con el 47,1 % frente al 44,3 %, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones del 5 de noviembre.
La campaña de Trump confirmó este lunes que no llegará a Filadelfia hasta mañana por la tarde, unas tres horas antes del choque. En cuanto a Harris, viajó a Pittsburgh, Pensilvania, el jueves para adelantar su preparación.
Kamala hace simulaciones
Según sus asesores, está llevando a cabo simulacros de debates largos. Un exasesor de la exsecretaria de Estado y excandidata Hillary Clinton está interpretando a Trump y, según contó una fuente cercana a CBS News, incluso se viste como él.
El debate, que está organizado por ABC News, comenzará a las 21:00 (01:00 GMT del miércoles) y durará 90 minutos. Los presentadores David Muir y Linsey Davis serán los moderadores y, tal y como sucedió en el cara a cara entre Trump y el presidente, Joe Biden, los micrófonos de quien no tiene el turno de palabra estarán en silencio.
Este fue un requisito que en su día pidió la campaña de Biden y que intentó, sin éxito, eliminar la de Harris tras tomar el testigo, ya que finalmente fue algo que benefició a Trump la noche del 27 de junio.
Antecedente de la debacle de Biden
Al no poder llevar a cabo sus frecuentes interrupciones, que suelen pasarle factura en términos de imagen pública, a Trump se le vio mucho más comedido frente a un Biden indefenso y errático, cuya actuación acabó costándole la carrera a la Casa Blanca.
En el choque de mañana, que será el séptimo debate presidencial para Trump, no habrá público y no se permitirá a los candidatos interrogarse directamente. Además, ninguno tiene autorizado llevar notas preescritas o accesorios al escenario.
Los candidatos tendrán dos minutos para responder preguntas, junto con un minuto adicional para hacer seguimiento y, al cierre, dos minutos de declaraciones finales que iniciará Harris y concluirá Trump, tras haberlo sorteado con una moneda, informó ABC News.
Es muy probable que este sea el único choque entre los dos, ya que no hay programado otro.
Los candidatos a vicepresidente, el demócrata Tim Walz, gobernador de Minnesota, y el republicano JD Vance, senador de Ohio, se enfrentarán el 1 de octubre en CBS News.
Sube el tono
En las últimas horas, tanto Harris como Trump han elevado el lenguaje de sus ataques. La campaña de Harris lanzó este lunes un anuncio de televisión en el que aparecen exfuncionarios del Gobierno de Trump advirtiendo sobre los peligros de una segunda Presidencia.
Entre ellos está el exvicepresidente Mike Pence, el exsecretario de Defensa Mark Esper o el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton.Trump ha seguido con su discurso agresivo frente a Harris y en su último mitin volvía a descalificarla por su falta de experiencia, sus cambios de opinión y sus escasos logros en su vida política.
Harris tiene más que perder
En opinión de Aaron Kall, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Míchigan, Harris es quien más tiene que perder mañana ya que nunca ha participado en un debate por la Presidencia.
“En gran medida sigue siendo políticamente indefinida y ha evitado las entrevistas con los medios y las conferencias de prensa” desde que Biden la nombró candidata el 21 de julio, apuntó a EFE.
Trump, sin embargo, “es un debatiente experimentado y un excelente contragolpeador”. “Su experiencia en los medios y en la telerrealidad le permite destacar en los debates”, añade el politólogo sobre la primera gran batalla en televisión de los candidatos presidenciales, que podría ser la última. EFE