Brasilia (EFE).- Autoridades del Gobierno de Brasil sobrevolaron este viernes algunas zonas del humedal del Pantanal que sufren con vastos incendios, describieron la imagen como “desoladora” e insistieron en que la mayoría de los focos tiene origen privado.
Los incendios “que están ocurriendo ahora son producto de una conjunción perversa, que junta al cambio climático, con la escasez hídrica, la deforestación y el uso indiscriminado de fuego”, que los hacendados usan a fin de preparar tierras para la siembra, declaró la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
La titular de la cartera de Planificación, Simone Tebet, que la acompañó en el sobrevuelo, apuntó que desde el aire solo pudo ver “tierra y fuego”, debido a una intensa sequía que ha llevado a mínimos los niveles de los ríos y ha empeorado “por la mano de los delincuentes”.
Los incendios en el Pantanal iniciaron en abril
Silva subrayó que se ha comprobado que “el 85 % de los focos de incendio fue originado en propiedades privadas”, un asunto que ya está en manos de la Policía Federal, que investiga el asunto a fin de asignar las debidas responsabilidades.
Los incendios en el humedal más extenso del mundo, que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay, comenzaron en el pasado abril, pero se agravaron en junio, al punto de sobrepasar las marcas históricas para ese mes.
Un estudio divulgado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) señala que entre mayo y junio no se registraron descargas eléctricas en las zonas en que comenzaron los incendios, confirmando la tesis de que la causa de las llamas es humana.
¿Cuánto bioma se ha consumido?
Según ese estudio, en lo que va del año, el fuego ya ha consumido unas 661.000 hectáreas del bioma, considerado uno de los ecosistemas más ricos del mundo en biodiversidad de flora y fauna.
Silva precisó que, en este momento, en el combate a las llamas actúa casi un millar de efectivos distribuidos por la región del estado de Mato Grosso do Sul que abarca el Pantanal, con apoyo de helicópteros y siete aviones hídricos.
No obstante, aclaró que su despacho trabaja para pasar “de manejar gestión del desastre a la gestión preventiva”, un proceso que “demora” porque Brasil aún “paga el precio” de la gestión del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), sobre quien dijo que “abandonó por completo la agenda medioambiental”.