(Desde Washington, Estados Unidos) – La relación política entre Joe Biden y Benjamin Netanyahu se encuentra en su nivel más bajo desde el ataque terrorista cometido por Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023. Biden y Netanyahu se conocen desde hace décadas y siempre tuvieron una trato amigable, pero la voluntad del premier israelí de avanzar sobre la ciudad de Rafah (sur de Gaza) causó un abrupto enfrentamiento con el presidente de los Estados Unidos.
La disputa entre Biden y Netanyahu tuvo una inesperada derivación en los vínculos diplomáticos que unen a Washington y Jerusalén: la Casa Blanca decidió suspender la entrega del material bélico que Israel usaría en la eventual ofensiva contra las tropas de Hamas en Rafah.
Esta postura de Biden es similar a la decisión que asumió Ronald Reagan cuando Israel ocupó El Líbano y bombardeó a destajo por orden del general Ariel Sharon. En agosto de 1982, Reagan discutió por ese movimiento militar con el primer ministro Menachem Begin, y a continuación suspendió el suministro de armamento a su aliado en Medio Oriente.
Cuarenta y dos años más tarde, Biden retuvo 1.800 bombas de 900 kilos y 1.700 bombas de 225 kilos que podrían caer sobre Rafah, revelaron a Infobae en el Pentágono. Durante un reportaje concedido a la CNN, el líder demócrata reconoció que bombas provistas por Estados Unidos a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían matado civiles en la Franja.
En el Ala Oeste de la Casa Blanca reconocen que Rafah es el último refugio del jefe terrorista Yahya Sinwar, pero añaden que una ofensiva profunda contra esa ciudad de Gaza podría multiplicar las muertes civiles sin que ello implique exterminar a Hamas.
El malestar de la administración Biden con Netanyahu no sólo se asienta en el probable desembarco en Rafah. Sus asesores de confianza añaden que irritó muchísimo que el premier israelí y sus principales integrantes del gobierno de centro-derecha aparecieran en los medios locales cuestionando la decisión del Presidente de los Estados Unidos de congelar el envío de bombas a Tel Aviv.
“Si tenemos que estar solos, lo estaremos. Estamos en vísperas del Día de la Independencia (14 de mayo). En la Guerra de Independencia, hace 76 años, éramos pocos contra muchos. No teníamos armas, había un embargo de armas a Israel, pero con la grandeza del espíritu, la valentía y la unidad entre nosotros, ganamos. Lucharemos con uñas y dientes, y venceremos juntos”, sostuvo Netanyahu.
El premier israelí ya hizo un movimiento preventivo al comienzo de la semana cuando tomó el principal cruce fronterizo entre Gaza y Egipto sin avanzar sobre las zonas urbanas de Rafah.
Esa jugada táctica enojó al gobierno demócrata, sobresaltó al presidente egipcio Abdulfatah al Sisi y suspendió -sine die- las negociaciones para establecer un cese del fuego y lograr que Hamas entregue a los secuestrados vivos y a los cadáveres de los rehenes muertos que capturó el 7 de octubre de 2023.
La advertencia de Biden a Netanyahu colocó al premier israelí en una encrucijada: Washington nunca cancelará el apoyo a Jerusalem, pero si avanza sobre Rafah su relación con la Casa Blanca ingresará en una dinámica política con final abierto.
Antony Blinken, secretario de Estado, y William Burns, director de la CIA, abrieron sus backchannel con Medio Oriente y buscan distintas alternativas para evitar que la fisura entre los dos mandatarios se profundice y luego desemboque en una crisis diplomática que sólo beneficiaría a Irán, la potencia regional que financia a Hamas, Hezbollah y los Hutíes en Yemen.
La ofensiva de Netanyahu sobre Rafah puede iniciar en cualquier momento.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tienen suficientes bombas en los arsenales, y sólo aguardan la orden Netanyahu.
Texto original de Infobae