El Senado de Estados Unidos aprobó este viernes con 75 votos a favor y 22 en contra, y a tan solo cinco horas del plazo límite para que se agotasen los fondos, el presupuesto parcial para el año fiscal 2024, con un gasto previsto de 460.000 millones de dólares.
El Senado dio así su visto bueno al proyecto que ya había sido aprobado el miércoles en la Cámara de Representantes con 339 votos a favor y 85 en contra.
Durante algunas horas hubo mucha incertidumbre sobre si el Senado sería capaz de aprobar el proyecto este viernes, pero entrada la tarde se llegó a un pacto que permitió programar la votación.
Una vez aprobado por las dos cámaras del Congreso, el presidente estadounidense, Joe Biden, debe rubricar el proyecto para que el Gobierno pueda hacer uso de los fondos antes de que se agoten.
El año fiscal 2024 empezó el 1 de octubre de 2023, pero demócratas y republicanos no habían logrado pactar las cuentas, por lo que el Congreso había aprobado hasta cuatro prórrogas presupuestarias para evitar un cierre administrativo por falta de fondos.
La primera de esas prórrogas, de hecho, provocó la caída del entonces presidente de la Cámara Baja, el republicano Kevin McCarthy.
Lo aprobado este viernes es un macro proyecto de ley de 1.050 páginas que engloba seis leyes presupuestarias y representa más o menos la mitad del presupuesto estatal. Para aprobar la otra mitad el Congreso tiene margen hasta el 22 de marzo.
Este presupuesto parcial incluye fondos para los departamentos de Agricultura, Comercio, Justicia, parte de Defensa, Transporte, Interior o Energía. En total son 460.000 millones de dólares.
Los republicanos han logrado recortes en algunas de sus prioridades, como por ejemplo la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) que verá su presupuesto reducido de 10.100 millones de dólares en 2023 a 9.200 millones ahora.
Asimismo, se ha pactado un aumento de 212 millones de dólares a la partida para programas nucleares del Departamento de Energía, que asciende a 1.690 millones de dólares.
Paradójicamente, La Casa Blanca tiene previsto presentar la semana que viene sus peticiones para el presupuesto del año fiscal 2025 cuando el Congreso aún no habrá aprobado la totalidad del de 2024.
Cada vez que un cierre administrativo está a menos de una semana de producirse, la Casa Blanca activa un protocolo para preparar a todos sus departamentos.
Un cierre de Gobierno implica enviar a casa sin trabajo ni sueldo a cientos de miles de empleados públicos y la paralización de multitud de servicios.
El último cierre de este tipo ocurrió durante la Presidencia del republicano Donald Trump (2017-2021) y fue, con 35 días (del 22 de diciembre de 2018 al 29 de enero de 2019), el más largo de la historia en plenas fiestas navideñas.
Texto original de Infobae