El Departamento de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC, por sus siglas en inglés) informó que la decisión “responde al aumento de solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos mexicanos que son denegadas, retiradas o abandonadas”.
“Es un paso importante para preservar la movilidad de cientos de miles de ciudadanos mexicanos, al tiempo que se garantiza la buena gestión de nuestros sistemas de inmigración y asilo”, informó el IRCC en un comunicado.
La imposición de visado entrará en vigor minutos antes de la medianoche de este jueves.
Desde 2016, los mexicanos que visitaban Canadá por estancias cortas, como turismo o negocios, solo debían solicitar una autorización electrónica de viaje (eTA).
Pero a partir de este anuncio, todas las eTA o las solicitudes en curso de los turistas quedarán canceladas, indicó el IRCC. Los viajeros deberán hacer nuevas solicitudes según el tipo de viaje que realicen.
Ante esto, la Cancillería de México dijo que lamentaba la decisión, la cual vino después de semanas de conversaciones en las que el gobierno mexicano había planteado que hubiese “restricciones adicionales”, pero no visado.
“México lamenta esta decisión y considera que existían otras opciones antes de llegar a la aplicación de esta medida”, señaló en un comunicado.
¿Qué cambia en la solicitud?
El IRCC indicó que a partir de este anuncio, todas las eTA vigentes o en trámite quedan automáticamente canceladas, incluso las de viajeros que ya tuvieran un viaje programado.
Los poseedores de visa de no inmigrante vigente de EE.UU. o los que hayan tenido una visa canadiense en los últimos 10 años, podrán ingresar a Canadá simplemente solicitando una nueva eTA, la cual se obtiene en línea en pocos minutos.
Pero si el viajero no cuenta con una de esas visas para obtener una eTA, tendrá que solicitar una visa de visitante antes de ingresar a Canadá, un procedimiento que toma más tiempo.
Esto mismo aplica para quienes entren por tierra o mar, pues la eTA solo se aplica a los viajes aéreos.
“Estos cambios aplican, aunque ya haya reservado su viaje. El hecho de tener una reserva previa para viajar o una eTA válida no garantiza que se le apruebe una nueva eTA o una visa”, indicó el IRCC.
El proceso de solicitud de visas para mexicanos que buscan un permiso de trabajo o estudio no cambiará.
¿Por qué el cambio de política?
El gobierno canadiense indicó que la decisión se produce para “preservar la integridad” de su sistema de inmigración.
“La acción de hoy aliviará la presión sobre las fronteras, el sistema de inmigración, la vivienda y los servicios sociales de Canadá, al tiempo que preservará la movilidad de los ciudadanos mexicanos que deseen venir a Canadá”, señaló el IRCC.
Aseguró que esto solo afectará a un 40% de los viajeros mexicanos.
Según sus estadísticas, las solicitudes de asilo humanitario se incrementaron de 260 en 2016, cuando se eliminó el requisito de visado, a 23.995 en 2023.
El año pasado marcó un récord de peticiones, según el comunicado. Y del total de solicitudes de asilo, un 60% fueron rechazadas o abandonadas por los migrantes.
“Nos esforzamos por lograr un equilibrio entre el movimiento de personas entre nuestros dos grandes países y la necesidad de aliviar la presión sobre nuestro sistema de inmigración para que podamos brindar protección a quienes más la necesitan”, dijo el ministro de Inmigración, Marc Miller.
Ante esto, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo que se “podían haber buscado otras opciones” y que enviaba un “pequeño reproche, fraterno, respetuoso” al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
“Nosotros vamos a buscar opciones, alternativas, no podemos romper relaciones con Canadá ni con otros gobiernos, porque es muy bueno el intercambio económico, van trabajadores mexicanos a Canadá”, señaló el presidente mexicano.
Presiones de EE.UU. e internas
Alejandro Hernández, un sociólogo de la Universidad Concordia (Montreal) y especialista en temas migratorios de Norteamérica, explica a BBC Mundo que la reimposición de visado a los mexicanos responde a presiones de Washington, así como en el interior de Canadá, en particular desde la provincia de Quebec.
“EE.UU. ha argumentado continuamente que la frontera con Canadá es una frontera porosa, donde no hay una infraestructura como en su frontera sur. Y argumentan que es un punto de acceso fácil al país”, señala Hernández.
Esa presión llegó al tiempo que internamente los canadienses han expresado preocupación “por el aumento en la demanda de vivienda, los efectos del incremento de costos de vida e inflación”.
“Son cosas que la gente atribuye a la migración, aunque la migración en sí no es lo que ha causado esto, sino un conjunto de factores, incluyendo gobiernos que históricamente no han apoyado cosas como la construcción de vivienda”, explica Hernández.
Hace un año, el primer ministro canadiense y el presidente estadounidense, Joe Biden, firmaron un acuerdo fronterizo para acabar con una laguna legal que había permitido a los solicitantes de asilo entrar por puntos no oficiales de la frontera entre ambos países y presentar solicitudes de asilo.
Después de eso, muchos solicitantes de asilo empezaron a llegar por vía aérea.
Pero también las presiones son internas.
En la provincia de Quebec, la segunda más grande de Canadá, su primer ministro, Francois Legault, había hecho una campaña activa en redes sociales y medios de comunicación para que se reimpusiera el visado a los mexicanos.
Legault dijo que la provincia se encontraba en un “punto de quiebre” debido a la llegada de solicitantes de asilo que ponía a prueba a servicios gubernamentales como la educación y la vivienda.
El año pasado se registraron casi 60.000 nuevos solicitantes de asilo en la provincia y se esperan otros 65.000 este año. Aproximadamente una cuarta parte de ellos son de México, aseguró Legault.
Pidió al gobierno de Traudeu un presupuesto de US$736 millones para aliviar la situación.
Sin embargo, Hernández señala que los canadienses no ven a los mexicanos como el problema. En el país viven poco más de 50.000 nacidos en México o de ascendencia mexicana, según el censo de 2021 (0,5% de la población de Canadá).
“Realmente no hay una percepción entre los canadienses sobre un grupo de migrantes de una nacionalidad. No es que digan que el país se está llenando de mexicanos. La gente en general está preocupada por asuntos económicos”, dice el sociólogo.
“Cuestionan por qué recibir más migración si las cosas no están yendo bien”.
Durante años, Canadá ha tenido una política de apertura hacia los solicitantes de asilo y la migración. Pero el ambiente político actual y las dificultades de la vida diaria de los canadienses repercuten en las percepciones de la ciudadanía.
“En general, está cambiando la perspectiva hacia los migrantes, pero no es algo nuevo. En los años 80, Canadá experimentó problemas económicos serios. Subió el nivel de desempleo, el costo de vida, las tasas de interés, el desempleo de los jóvenes. En ese escenario hubo una clara manifestación de sentimientos contra los migrantes y refugiados. Mucho más que ahora, que es mucho más suave”, explica Hernández.
“Siempre ha existido cierto sentimiento antiinmigrante, pero se expresa de diferente forma que, por ejemplo, en EE.UU.. Es mucho más sutil”.
Texto original de BBC Mundo