Llegados de diferentes lugares de Europa, multitud de extranjeros confluyeron en Francia a finales de los años 30 y muchos de ellos tenían un ideal común que les llevó a engrosar la resistencia contra la ocupación nazi, un papel destacado que ahora rescata una exposición presentada este miércoles en París.
Bajo el título, «Los extranjeros en la resistencia en Francia», el eje de la muestra del Museo de la Shoáh es el llamado «grupo Manouchian», nombrado por su jefe, el poeta y resistente armenio Missak Manouchian, que el próximo 21 de febrero será introducido junto a su esposa en el Panteón de París, donde Francia homenajea a algunas de sus figuras más célebres.
«Además de Manouchian, es el conjunto de extranjeros que participaron en la Resistencia que entrará con él» al Panteón, destacó Sophie Nagiscarde, responsable de actividades culturales del museo, durante la presentación a la prensa.
Ese día será el 80 aniversario del fusilamiento de Manouchian y 21 miembros de su grupo, del que formaba parte el español Celestino Alfonso, en la fortaleza de Mont Valerien, en Suresnes.
El grupo Manochian, integrado por comunistas de diversos países, cometió una serie de atentados contra oficiales nazis en París o sabotajes de infraestructuras. Alfonso, junto con el polaco Marcel Rayman, el alemán Leon Kneler, el italiano Spartaco Fontanot y el francés Raymon Kojitsky, formó el llamado «equipo especial» que realizaba las ejecuciones de oficiales nazis.
Migrantes económicos de los años 20, españoles exiliados tras la Guerra Civil, refugiados antifascistas llegados de toda Europa central y del este -incluyendo italianos-, así como judíos de muchas nacionalidades se sumaron a la resistencia contra la ocupación nazi, ya que todos habían confluido en Francia como tierra de asilo.
Muchos de ellos eran comunistas que solo se unieron después de que la Alemania nazi invadió la Unión Soviética en junio de 1941, rompiendo el pacto de no agresión firmado en 1939.
«La resistencia en Francia se hizo de manera transnacional», apunta por su parte Renée Poznanski, profesora de la universidad israelí Ben Gurion Neguev y comisaria de la exposición, de la que dijo que, ante la gran amplitud del tema, intenta «resaltar algunos ejemplos concretos», especialmente el grupo Manouchian.
¿Cuántos fueron estos extranjeros? «No se puede dar una estimación. Se sabe que seguramente fueron varios millares», señala a EFE el historiador Denis Peschanski, director emérito de Investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS).
La exposición destaca el papel de los republicanos españoles exiliados, que tenían experiencia militar y que organizaron numerosos grupos de «maquis» en todo el sur y el sureste de Francia.
Tras el final de la Guerra Civil española en 1939, «hay una masa de españoles que se quedan en Francia. En la parte cercana a los Pirineos, en una treintena de departamentos, en junio del 44, había 4.000 resistentes en grupos organizados por los españoles. Es algo enorme», destaca Peschanski, que no puede evitar mencionar que es hijo de un brigadista internacional que combatió en España.
La exposición recuerda la figura de Francisco Ponzán, un anarquista español que desde el sur de Francia tejió una extensa red de colaboración con el espionaje militar francés y británico, y que fue detenido y fusilado, junto a unas 50 personas, en agosto de 1944 cuando la liberación estaba a punto de llegar a esa zona.
Igualmente, no deja de mencionar el papel de los combatientes españoles que integraban la mayoría de «la Nueve», la novena compañía del Regimiento de Marcha de Chad, que fue la vanguardia de la Segunda División Blindada del Ejército francés que liberó París el 24 de agosto de 1944. EFE